Brno tiene gracia

Resulta muy acertado afirmar que Brno tiene su chiste (o sus chistes). Algo que se comprueba, con una sonrisa en la boca, cuando se escuchan las historias que rodean a varios atractivos de la ciudad.

Por: Jess Garbarino

Publicado: Junio 13, 2019

Además de una gran rivalidad con Praga, muchos estudiantes que le dan un aire alegre y una agitada vida nocturna, Brno tiene un gran sentido del humor. Para dar crédito a esta última afirmación basta con tomar una visita guiada por la ciudad para conocer las historias que cuentan sus rincones más famosos.

El guía en este caso es Patrik, nacido en Brno, joven como la mayoría en la ciudad, hijo de una profesora de español, con chispa para contar historias chistosas o hacer bromas a costa de los praguenses y con un muy buen manejo del idioma que hablamos en esta parte del mundo.

Un dragón, una rueda y un arquitecto (enojado)

La gira cómica por Brno bien puede empezar en el Antiguo Ayuntamiento, construido en 1240, cuya torre coronada por una cúpula renacentista se levantó en 1510. Al atravesar el pórtico neogótico, uno se encuentra dos símbolos de la ciudad: un cocodrilo embalsamado suspendido del techo y una rueda de madera. Pero hay que evitar que los prejuicios visuales nos engañen, pues lo que parece un cocodrilo es ni más ni menos que el famoso “Dragón de Brno”. La bestia mitológica asolaba hace siglos a los vecinos, acabando con su ganado, aseguran, hasta que a alguien se le ocurrió engañarla dándole de merienda una vaca rellena con cal viva, acabando de esta forma con su vida y develando su verdadera identidad reptiliana. Sin embargo, ni el paso de los siglos le quitó al monstruo su fabulosa fama.

En cuanto a la rueda del Antiguo Ayuntamiento, cuenta la leyenda que un carpintero con apremios económicos apostó con sus camaradas una buena suma de dinero asegurando que sería capaz de construir una rueda de carreta en apenas un día, algo que normalmente demandaba semanas. Todos consideraron que era imposible la proeza y aceptaron la oferta. Pero el artesano escogió el árbol, lo cortó, pulió la madera, elaboró las piezas y construyó la rueda en el tiempo que había dicho, ganando la apuesta. “El resultado fue que el carpintero se hizo rico, pero se quedó sin amigos”, concluyó Patik, antes de invitarnos a subir los 63 metros de la torre que se levanta justo encima de estos símbolos, desde donde se obtienen hermosas vistas de la ciudad.

Por último, antes de dejar atrás el Antiguo Ayuntamiento, hay que prestar atención a las cinco torrecitas que decoran la fachada, por detrás de la figura de la justicia, y preguntarse por qué la torre más alta está torcida. La historia que nos cuenta Patrik refiere, en este caso, que el arquitecto encargado de la construcción, Anton Pilgram, estaba muy disconforme por la paga recibida, que tenía constantes disputas con los regidores de la ciudad y que la depresión lo llevaba a beber de más. Cuestión que cuando los empleadores fueron a cuestionar a Pilgram por el desprolijo resultado de su trabajo, el arquitecto les gritó: “¡La torrecita está torcida como la justicia de esta ciudad!”.

Otro arquitecto difícil

Y ya que estamos con los arquitectos furibundos, habrá que poner rumbo a la iglesia de Santiago, de estilo gótico tardío, que se terminó de levantar en 1473, aunque un gran incendio la destruyó y recién se pudo acabar su reconstrucción en 1570. Durante la última restauración del edificio, en 2001, se encontró a los pies de la iglesia un osario olvidado, con unos 50 mil esqueletos humanos, lo que lo convierte en el más grande del país y resulta muy interesante visitarlo. Pero justo por encima del osario, si se levanta la vista en dirección a la iglesia, se puede ver coronando una de las ventanas laterales a un curioso personaje de piedra conocido como Nehanba, que se traduce del checo como “sinvergüenza”, y que toma con una mano su trasero desnudo. Algunos aseguran, entre ellos Patrik, que se trata de una afrenta del arquitecto inconforme con su salario. Mientras otros creen que el personaje tenía la función de burlarse de los constructores de la Catedral de San Pedro y San Pablo (en esa dirección apunta su retaguardia) por el lento avance de su obra.

Dentro de la iglesia de Santiago se conservan los restos del mariscal Louis Raduit de Souches, gran defensor de la ciudad frente al asedio sueco durante la Guerra de los Treinta Años. De hecho, Brno fue la única ciudad que logró repeler a los suecos durante esta guerra. ¿Cómo? Cuentan que fastidiado por no conseguir una victoria, el comandante sueco al frente del asedio decidió que, si a las doce del día siguiente no había conseguido un avance, se retiraría. De modo que unos vecinos de la ciudad, enterados del ultimátum, hicieron sonar las campanas de la catedral a las once de la mañana, engañando a los suecos y liberándose de su hostigamiento. Desde entonces, en Brno las doce campanadas del mediodía suenan a las once.

El tiempo es un concepto muy relativo

Y si se trata del raro manejo del horario que hacen en Brno, la siguiente parada debe tener lugar en la Plaza de la Libertad, donde se instaló en 2010 el más nuevo de los relojes astronómicos de Chequia. Con seis metros de alto, de granito negro y forma de bala (para recordar el asedio de la ciudad), el cronómetro fue diseñado por Oldřich Rujbr y Petr Kamenik. Aunque, tanto locales como visitantes se divierten encontrándole ciertas similitudes a su silueta, diferentes a la propuesta por los creadores. Cada día, a las once de la mañana, el reloj suelta una bolita de cristal que los turistas esperan con ansias para llevarse a modo de souvenir. A sus pies, sobre la acera, se lee una frase del escritor checo Karel Čapek: Čas je strašně relativní pojem (El tiempo es un concepto muy relativo), en Brno más que en ninguna otra parte, deberíamos agregar.

Patrik intenta dar una explicación (sin mucho éxito, por cierto) de cómo debe leerse la hora en el modernísimo reloj de Brno. “Sin embargo, quienes vivimos acá sabemos que cuando tenemos el reloj enfrente debemos girar la cabeza a la izquierda para mirar la hora en el reloj de aquella torre”, aclara nuestro guía causando mucho alivio a quienes no lograban comprender la lógica de la máquina y arrancando carcajadas.

Ni a los escultores perdonan

La irreverencia de los vecinos de Brno con las esculturas que adornan su ciudad debe llevarnos ahora a la recientemente renovada Plaza de Moravia. Las cuatro virtudes cardinales de Platón inspiraron los puntos focales de este espacio público. Allí, una fuente oblonga simboliza la Templanza, una maqueta de bronce del Brno medieval sugiere la Prudencia, mientras, frente al Tribunal Supremo, una escultura evoca la Justicia y, por último, una estatua ecuestre en homenaje a Jobst de Moravia propone el Valor.

Sin embargo, ni siquiera estas altas virtudes se libran de la controversia y la chanza en Brno. La estatua de la Justicia, creada por Marius Kotrba, representa a una persona cargando un cubo y las interpretaciones han sido de lo más variadas y divertidas: “Hay quienes aseguran que es una persona robándose un televisor”, comenta Patrik, para dar un ejemplo.

Un capítulo aparte merece la estatua ecuestre creada por el artista Jaroslav Róna –rodeada de controversia incluso desde su fase de preparación–, que fue instalada en la plaza en 2015 y en muy corto tiempo se ha convertido en un gran atractivo y en un icono de la ciudad. Hecha de bronce, de ocho metros de alto, muestra a un caballero armado con una lanza y un escudo montado sobre un caballo cuyas piernas son inusualmente largas. La configuración de la escultura permite a los espectadores caminar bajo el caballo para sorprenderse (y reír como adolescentes, eso siempre ocurre) con la silueta que describen juntos el pecho y la mandíbula del animal bajo cierta perspectiva. Pero, según afirrma una guía de la ciudad editada por la oficina de turismo: “¡No, eso no quiere decir nada sobre la gente de Brno!”. Tal vez sólo confirme que tienen mucho sentido del humor.

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