Bohemia. Su sola mención evoca otros tiempos. Nos suena a feliz reino en medio de las montañas, con pueblos de pan y cañadas de cerveza. Se antoja vocablo salido de algún libro de alquimia, un “abracadabra” convertido en país. Con ello en mente, nos paseamos en la hoy llamada República Checa por calles, tabernas y un castillo donde, a la orilla de la noche, resuenan los relatos de magia y hechizos de cuando ese territorio era simplemente Bohemia.