BOHEMIA DEL NORTE: Naturaleza espléndida

Las montañas y ciudades de roca que conforman el macizo central checo son protagonistas de esta región que se encuentra al norte de Praga. Aquí, el Parque Nacional de Suiza de Bohemia, las montañas Jizerské hory y el Paraíso Checo son maravillas naturales que invitan al deporte de aventura. Y la propuesta se completa con rincones históricos, además de una larga tradición en la fabricación de cristal, bisutería y joyas de granates checos.

Por: Colaborador invitado

Publicado: Agosto 05, 2020

1. TESOROS NATURALES

Suiza de Bohemia: Místico paisaje de bosques de pino y espesos valles de los que sobresalen rocosas torres, puertas, muros, barrancos, ciudades de rocas y laberintos. Exactamente así es el Parque Nacional de la Suiza de Bohemia. El imperio de las rocas es el hogar de animales poco comunes y plantas maravillosas.

La historia de esta zona nació hace millones de años cuando en el lugar actual de la Suiza de Bohemia se encontraba un mar poco profundo. Del fondo de la arena nació el mundo de la arenisca: torres de rocas, puentes y puertas de formas espectaculares. Se la conoce como Suiza de Bohemia dado que de la parte alemana recibe el nombre de Suiza Sajona. Esta denominación romántica se debe a los pintores suizos Adrian Zingg y Anton Graff, quienes trabajaban en la Academia de Dresde y pintaban el paisaje alrededor del río Elba.

Una de las puertas de entrada a este paisaje único es Hřensko, de donde salen varios recorridos turísticos a las cañadas cercanas. Una parte del camino pasa por un laberinto de rocas, túneles y puentes. Algunas partes se pueden atravesar solamente en embarcaciones conducidas por un lanchero. Los estrechos por los que apenas traspasa la luz, con sus altos muros de rocas de arenisca cubiertas de musgo y helecho, resultan irresistibles.

Entre las rutas turísticas favoritas está el Sendero de Gabriel, que conduce del poblado de Mezní Louka a la famosa Puerta de Pravčice, símbolo del parque, protagonista de la película Las Crónicas de Narnia. El arco monumental de roca, que es el más grande en toda Europa, recuerda formaciones parecidas del conocido parque estadounidense Arches. De camino se abren preciosas vistas a los alrededores, principalmente a la colina más alta del parque, Růžovský vrch.

Paraíso de Bohemia: Una armonía única de ciudades de roca bizarras, profundos bosques de pinos, castillos y palacios majestuosos. Un sinfín de vistas, senderos para excursionistas y rutas ciclistas por el interior de románticas rocas areniscas se ofrecen a quienes aman las excursiones al aire libre. ¿Qué hacer? Seguir las huellas del comandante Alberto de Wallenstein, visitar el palacio de Hrubá Skála y recorrer el Sendero de Oro de Paraíso de Bohemia hasta el castillo de Trosky.

El principal recorrido empieza y termina junto al palacio de Hrubá Skála, que se sitúa sobre dos rocas areniscas. Tomando un agradable camino forestal es posible dirigirse hacia el mirador Adamovo lože (Lecho de Adán) hacia el castillo de Wallenstein. Una vista panorámica del palacio de Hrubá Skála se ofrece desde el mirador Mariánská vyhlídka, desde donde se puede ver, si el tiempo es favorable, incluso el mirador único de Ještěd en las montañas Jizerské hory. El mismo Wallenstein (que hicieron construir los antepasados de los señores de Wallenstein), es el castillo más antiguo de Paraíso de Bohemia. Para regresar, hay que tomar el Sendero de Oro de Paraíso de Bohemia, que conduce de vuelta hacia el palacio, pasando primero por el mirador de roca U Lvíčka y luego a lo largo del arboreto Bukovina, que alberga muchas especies únicas, se vuelve hasta el palacio de Hrubá Skála.

Otro gran recorrido empieza junto al albergue Turistická chata. Superando una escalera de piedra esculpida en roca, se sube al mirador Pechova vyhlídka, desde donde se obtiene una vista única del Zelená rokle (Barranco Verde). Por un laberinto de macizos de roca caprichosos se desciende a lo largo de Šikmá věž (Torre Inclinada), hasta un lugar llamado Fortna. Luego se puede continuar subiendo por el interior de las rocas hasta llegar al Vyhlídka míru (Mirador de la Paz), desde donde se consigue una vista magnífica de las cimas de las rocas que bordean el barranco Císařská chodba (Pasillo Imperial), junto con las rocas Drážďanská věž (Torre de Dresde) y Americká věž (Torre Americana). Luego se continúa por la cresta hasta llegar al mirador Hlaholská vyhlídka. Desde allí, el gran recorrido pasa por caminos curvados bajando en una espiral entre los gigantes de roca. A continuación, se sube y baja por escaleras hacia los miradores Rumcajsova y Hakenova vyhlídka. Luego, una espiral lleva hasta los miradores Všetečkova y Šlikova vyhlídka. Por fin, basta con descender hacia la boca del barranco Císařská chodba y volver al albergue Turistická chata.

La gran montaña: Al ver por primera vez la majestuosa montaña de Ještěd, uno puede pensar que en su cima acaba de aterrizar una nave espacial. Sin embargo, esa construcción insólita, en forma de un hiperboloide, que alberga un hotel y una emisora de televisión, es uno de los símbolos de esta región. Para hacer la estancia aquí más amena es posible sentarse en el restaurante situado dentro de la torre o subir a su cima para disfrutar de una vista preciosa de las montañas Jizerské hory.

Al pie de Ještěd se llega cómodamente en un tranvía desde Liberec. El edificio moderno que se sitúa en la cima de Ještěd es obra del arquitecto checo Karel Hubáček. La originalidad de la obra y su fama atravesó pronto las fronteras de Chequia. Su autor incluso recibió el prestigioso premio Parett. A primera vista, la construcción constituye una terminación perfecta de la montaña, encajando de manera elegante en el paisaje.

Quien quiera vivir algo realmente irrepetible, puede alojarse en Ještěd y disfrutar de una estancia con vistas inolvidables. En verano, Ještěd representa un perfecto punto de partida para visitar los montes de Jizerské hory, el balneario Lázně Libverda o los palacios de Frýdlant y Sychrov. En invierno, es posible aprovechar las pistas tanto para esquí alpino como de fondo, el teleférico y un centro de trampolines de esquí.

Ciudades de Rocas: Las Rocas de Adršpach-Teplice figuran entre las formaciones rocosas más visitadas de Chequia. Allí es posible atravesar desfiladeros rocosos, darle vuelo a la imaginación descubriendo las formas de las rocas o dejarse arrastrar por las aguas navegando audazmente en un barco en las cercanías de los peñones.

Las formaciones se sitúan en el triángulo entre los pueblos de Teplice nad Metují, Adršpach y el cerro Čáp, que se alza por encima de la aldea de Skály. Después de la desaparición del mar cretáceo, se crearon en este lugar dos grupos únicos de ciudades de roca que están separadas por el Vlčí rokle (Barranco del Lobo).

Para el circuito de las Rocas de Teplice hay que reservar tres horas como mínimo. En el sendero el caminante se encuentra con formaciones rocosas que llevan nombres acertados como Housenka (Oruga), Řeznická sekera (Hacha del Carnicero) o Golem. Un imperdible es probar la adrenalina subiendo por unas escaleras que llevan a las ruinas del castillo de Střmen, adaptado a una plataforma con mirador. También hay que dirigirse hasta la parte de abajo de la gigantesca y lisa Torre de Vigilancia, uno de los símbolos de las Rocas de Teplice. En el cruce de caminos, cerca de Siberia, hay que subir la escalera de piedra y llegar a la Capilla de Roca, a través de la Gran Plaza del Templo y, después de atravesar un paso estrecho en la Lví klec (Jaula del León), se llega al Jardín de Krakonoš (espíritu mitológico de las montañas de Krkonoše).

Otro lugar que merece una visita son los Peñones de Broumov. Con románticas rocas de piedra arenisca, barrancos profundos, desfiladeros y miradores en un paisaje pintoresco lleno de bosques.

El paseo por las ciudades de roca está casi completo, pero no hay que olvidarse de la reserva natural de Ostaš, donde es posible extraviarse en laberintos de rocas y obtener unas vistas fantásticas.

2. TRES PERLAS DEL NORTE

Liberec: Abrazada por las montañas Jizerské hory, se sitúa la ciudad que no podría haber escogido una ubicación más bonita. La ciudad de Liberec, en Bohemia del Norte, es el lugar ideal para pasar unas vacaciones en cualquier época del año, ofrece un sinfín de opciones atractivas para el turismo activo y cultural, pero también de descanso.

Liberec es una ciudad que cuenta con una historia larga y gloriosa. Alcanzó su mayor auge en el siglo XVIII al convertirse en la manufacturera más grande del Reino Checo y la segunda ciudad más importante después de Praga. Debido a su población mayoritariamente alemana, tras la firma del Acuerdo de Múnich, en 1938, Liberec pasó a ser metrópoli de los Sudetes. Hoy resulta una ciudad viva y un fantástico punto de partida para excursiones hacia las bellezas naturales de las montañas Jizerské hory y sus miradores. En invierno, se transforma en un centro deportivo por sus pistas de esquí alpino y decenas de kilómetros de pistas acondicionadas para practicar el esquí de fondo.

En Liberec es difícil decidir qué hacer primero. La mayoría de los visitantes inician su recorrido por la ciudad en la plaza principal, donde llama la atención el majestuoso panorama de las torres esbeltas del Ayuntamiento, cuyo aspecto recuerda más bien al de una catedral gótica. ¿Tienes la sensación de haberlo visto antes? Puede que haya sido en Viena, porque allí se encuentra su hermano gemelo, que es aun más famoso. A unos pasos de distancia, están las llamadas casas de Wallenstein, preciosos edificios con entramado del siglo XVII.

Los museos locales también resultan muy interesantes. En la Galería regional se pueden admirar originales obras del impresionismo y cubismo checo, además de obras maestras de pintores franceses, holandeses y flamencos. Pero el museo más llamativo de Liberec es el ostentoso Museo de Bohemia del Norte, que reside en un precioso edificio neorrenacentista. Aparte de exposiciones dedicadas al paisaje y la historia, hay una interesante exhibición de cristal y joyas, incluyendo un singular juego de té cubista.

Quienes disfrutan las exposiciones interactivas deben darse una vuelta por el IQ Park y probar caminar por un cilindro giratorio o una sala inclinada, crear una impresión de luz de su cuerpo o meterse en una burbuja de jabón gigantesca.

Ústí nad Labem: La ciudad es ideal para partir a diversas aventuras de la subregión que lleva su nombre. Por encima del río Elba, se alza la ruina majestuosa del castillo de Střekov y otro monumento importante es la iglesia neogótica de Nuestra Señora de la Asunción.

Para llegar al palacete de Větruše, que cuenta con un restaurante con terraza, hay que usar un medio de transporte poco tradicional: desde el centro comercial Forum sale un teleférico que recorre un tramo de 330 metros, puesto en marcha en 2010. El viaje es excepcional con vistas de la ciudad y el paisaje. También merece la atención el Puente Mariano, del año 1998, que fue incluido por la renombrada revista Structural Engineering International entre las diez construcciones más hermosas del mundo del último decenio del siglo XX.

Teplice: relax al estilo checo

El relax en aguas termales, el fuerte aroma de las esencias, tratamientos de bienestar y un descanso perfecto para el cuerpo y la mente esperan al visitante en Teplice, a tan solo 20 minutos de la ciudad de Usti nad Labem.

Los manantiales termales locales se utilizan desde el siglo XII, lo cual convierte a este lugar en una de las ciudades-balneario más antiguas de toda Europa. La relajación más sublime tiene lugar frente al precioso paisaje de las montañas de Krušné hory, donde el tiempo pasa lenta y agradablemente.

Los manantiales de Teplice se utilizan para curar enfermedades del aparato locomotor, neurológicas, pero también de circulación, corazón y vasos sanguíneos. Entre los personajes más famosos que se beneficiaron de los efectos curativos de sus aguas termales están los compositores Chopin y Liszt, además del poeta alemán Goethe. Durante su estancia en Teplice, Ludwig van Beethoven escribió la famosa carta dirigida a su “amada inmortal”.

En Teplice es posible alojarse en uno de los cuatro edificios de balneario. El más imponente de todos es el Balneario Imperial, del checo Císařské lázně, que debe su nombre al huésped más célebre: el emperador Francisco José de Austria. Justo en el centro histórico está la Casa Balneario Beethoven, rodeada de extensos parques. En el Balneario Kamenné Lázně se encuentra una singular cueva de sal. Por último, el Balneario Nové lázně está dirigido a los niños.

3. HISTORIA, ARQUITECTURA Y TRADICIONES

Terezín: El monumento de Terezín comprende un complejo de edificios que se halla en las dos orillas del río Ohře. Sus partes principales son la Fortaleza Grande y Pequeña, construidas según el conocido proyecto de la escuela francesa de la ciudad de Mezières. La sombría historia de Terezín se desarrolló durante la época de la Segunda Guerra Mundial. El sufrimiento diario y las condiciones de vida infrahumanas para las decenas de miles de judíos que fueron deportados a este lugar están presentes a cada paso. Allí es posible pasear por los antiguos sitios de alojamiento, la conocida capilla en el cuartel de Magdeburgo, el Columbario con su sala de ceremonias y el Museo del Gueto. Las placas conmemorativas y los cementerios en los alrededores de Terezín recuerdan una triste historia que no se deben repetir.

Sychrov: A lo largo de todo el año se puede visitar el palacio neogótico de Sychrov. Sus exposiciones retratan el estilo de vida de la nobleza en la segunda mitad del siglo XIX. En aquel entonces, el palacio florecía como residencia de la estirpe principesca de los Rohan, que llegaron a Bohemia desde la Bretaña francesa. En Sychrov se exhiben numerosas colecciones como, por ejemplo, una de pintura francesa de retratos y de cristal checo grabado y pintado de los siglos XVIII y XIX. El parque inglés del palacio permite admirar a los reyes de los cielos: águilas y halcones, así como cuervos y lechuzas cuyas capacidades son exhibidas por un halconero experimentado. En el recinto también se sitúa el mirador del príncipe heredero Rodolfo y las ruinas románticas del Castillo de Arturo.

Cristal, bisutería, granate checo

¿En busca de un recuerdito o regalo checo? El cristal checo resulta infalible: copas de vino, joyería de cristal, bisutería, lámparas ricamente adornadas y piezas originales de los artistas contemporáneos de diseño. Las tiendas con vidrio tradicional se encuentran en Praga, Karlovy Vary y casi en cada esquina de otras ciudades.

Para conseguir el original de Moser hay que viajar a Karlovy Vary

La fábrica Moser de cristal es responsable del renombre mundial de cristal checo, que se convirtió en el sinónimo de calidad y tradición. Fue fundada en 1857 y sus productos todavía son considerados entre los mejores del mundo. La fábrica de cristal, museo y centro de visitantes Moser es uno de los lugares más visitados del famoso balneario checo.

Museo de cristal y bisutería en Jablonec nad Nisou

La belleza delicada de la joyería de cristal y la bisutería se puede ver de muy cerca en Jablonec. En la ciudad ubicada bajo las montañas Jizerské hory, la tradición joyera y de cristal se desarrolla desde el siglo XVI. Se trata de una artesanía inusual que se puede conocer en el Museo del Cristal y la Bisutería, donde cuentan con colecciones de cristal, bisutería, monedas, medallas, placas y la galería de joyas Belveder. Allí se encuentra también la tienda checa más grande de bisutería y perlas, galería de ventas Palace Made in Jablonec, donde presentan y venden sus productos decenas de empresas de Jablonec. Además de la joyería de moda es posible comprar candelabros y lámparas de cristal, adornos navideños de vidrio y otros objetos preciosos.

Fábrica de cristal

Quienes quieran ver con sus propios ojos los lugares donde nacen las hermosas piezas de cristal checo tradicional de la máxima calidad, con diseños clásicos y modernos, deben dirigirse a alguna de las fábricas de cristal. En Harrachov se encuentra la fábrica de cristal Novosad, que se fundó a principios del siglo XVIII y es una de las más antiguas de Chequia. Hasta la fecha, utiliza el método tradicional para producir no sólo cristalería para las bebidas y el uso cotidiano, sino también candelabros. Durante el recorrido se visita la nave de corte del vidrio y el Museo Histórico del Cristal. El complejo cuenta también con una cervecería pequeña con restaurante, desde donde se puede ver a los sopladores de vidrio en su trabajo, además de un hotel con un balneario de cerveza. El trabajo de los maestros vidrieros se puede observar también en la fábrica de cristal de Rückl en Nižboř.

Para convertirse en un artesano del cristal

Para quien esté tan interesado en el vidrio y su producción que busque asistir a un curso, el mejor lugar es el Complejo de Vidrio Ajeto en Lindava cerca de Novy Bor. Esta flexible, especial, única, exclusiva, misteriosa y admirable fábrica de cristal ofrece cursos de trabajo con el vidrio bajo la guía de los sopladores de vidrio experimentados. El lugar está lleno de obras de artistas de fama mundial y los productos de esta fundición se pueden ver en galerías de arte de todo el mundo. En las inmediaciones de la fábrica de cristal está la taberna original de los vidrieros, donde se pueden degustar las especialidades culinarias de la región y observar de cerca el trabajo de los maestros vidrieros.

4. VIAJAR EN PLAN ACTIVO

Running:

Mattoni 1/2 Marathon Ústí nad Labem

Este evento lleva a los corredores a una carrera a lo largo del río Elba, con vistas a la parte central de la cadena montañosa de Bohemia. Pero, además, está la sorprendente situación, casi de ciencia ficción, del paisaje industrial de Ústí nad Labem. Con frecuencia los corredores eligen diferentes carreras para poder hacer cambios en la escenografía y no hay otro sitio mejor que Ústí nad Labem para ofrecerle al deportista la mayor cantidad de cambios kilómetro a kilómetro.

Mattoni Liberec Nature Run

Rodeada de naturaleza y montañas, esta carrera ocurre en algunos de los caminos que recorren las montañas de la región, sin ser complicado sino más bien espectacular.

Importante: Fechas por confirmar para este 2021 directamente con RunCzech.

Ciclismo:

Quienes adoran disfrutar las vacaciones en bicicleta en plena naturaleza, olvidarse de las preocupaciones y pedalear a lo largo de un relajado trayecto repleto de parajes históricos y de paisajes increíbles, deben poner rumbo a los ríos checos, ya que cuentan con excelentes rutas ciclistas gracias a las cuales se pueden descubrir ciudades históricas, reliquias arquitectónicas y una increíble naturaleza.

Una de las rutas más populares es Labská stezka, que se inicia en nacimiento del rio Labe, en Krkonoše, y pasa por ciudades medievales como Mělník o Brandýs nad Labem, hasta las fascinantes formaciones rocosas del Suiza de Bohemia. Esta ruta es la preferida de familias con niños y ciclistas de larga distancia porque su perfil de elevación no es muy exigente. El ciclista se puede incorporar a la ruta antes de llegar a Mělník. En tanto, la ruta del Elba conduce desde Chequia hasta Alemania, donde se la conoce como Elberadweg (el camino en bicicleta por el Elba).

Las mismas opciones se pueden recorrer a pie. Existen una gran cantidad de senderos que se internan por la hermosa naturaleza del lugar y ofrecen grandes experiencias, buena comida local y muchas aventuras.

Deportes de invierno:

Hay que preparase para disfrutar de unas pistas de esquí perfectamente acondicionadas a la sombra de una de las construcciones más originales de Chequia: el recinto deportivo de Ještěd. Aquí se encuentra una moderna estación de esquí alpino, un parque de nieve europeo, un circuito de esquí de fondo –lugar de celebración de un campeonato mundial de esquí clásico– y más.

El centro preferido para deportes de invierno se sitúa en las laderas de las montañas de Ještěd y Černý vrch. Tanto los principiantes en el esquí alpino o los profesionales en Ještěd pueden disfrutar al máximo en alguna de las doce pistas de distintos niveles de dificultad, cuya longitud total supera los nueve kilómetros.

Para quienes prefieren el snowboard, el recinto deportivo Ještěd es el lugar perfecto. Una de las novedades más recientes es el parque de nieve de Nové Pláně, con once obstáculos tanto para principiantes como para avanzados, por lo que a menudo son pistas que sirven como el lugar de celebración de competencias y reuniones de los aficionados al snowboarding.

Datos básicos

Ubicación: 120 kilómetros desde Praga, 70 desde Dresde, 270 desde Berlín.

Itinerario recomendado (5 días):

Día 1: Paraíso de Bohemia - Turnov.

Día 2: Liberec - Ještěd.

Día 3: palacio de Sychrov - Jablonec (Crystal Valley) - Nový Bor.

Día 4: Ústí nad Labem - Teplice - Terezín.

Día 5: Suiza de Bohemia.

La mejor época para viajar es de abril a octubre, para disfrutar el clima y las actividades al aire libre (considerar que en verano puede haber lluvias). Para esquí, de mediados de diciembre a principios de marzo.

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