El barrio de Karlín, en Praga 8, propone la mayor parte de la novedad que se permite la milenaria ciudad capital. Allí, donde se multiplican los bares alternativos, los cafés con toques muy contemporáneos y la oferta de diseño, llama la atención el bistró Proti Proudu –se traduce como “contra corriente”–, que tiene al frente a la pareja de periodistas Karolina y David Konečný.