Canales
Para los amantes de la buena mesa, uno de los grandes placeres de un viaje a Chequia es sin duda tener la oportunidad de descubrir su enorme variedad de vinos y si es posible, hacerlo en el sur de Moravia donde se elabora más del 96% de su producción. Por cierto en checo vino se dice vino, por lo que el primer paso ya está dado.
La capital checa desvela sus encantos a pie de calle, en sus plazas, miradores, puentes y parques... pero también lo hace en la esfera privada a través de sus cafés. Muchos de ellos se han convertido en lugares imprescindibles para sentir el peso de la historia o conocer la evolución artística de la ciudad. No te pierdas esta selección de los cafés históricos más bonitos de Praga y juega a imaginar en ellos a tus escritores checos favoritos.
Libre de complejos y fiel a sus sabores tradicionales y a los productos locales, Chequia ha sabido perfilar una oferta gastronómica en la que coexisten cervecerías, bistrós, enotecas y restaurantes de alta cocina, abriendo el abanico de posibilidades con las que disfrutar de la mesa en cualquier parte del país.
Brno es conocida por ser una ciudad con una gran oferta gastronómica. Sin embargo, su amor al café y sus deliciosos pastelitos hacen que siempre te detengas en alguna de sus cafeterías.
El knedlík y la omáčka son dos básicos si quieres aplicar aquello de “donde fueres, haz lo que vieres” en Chequia a la hora de comer. Pero también te recomendamos otras delicias imperdibles.
Si vas a seguir las costumbres checas al pie de la letra, no te puedes saltar el capítulo de las bebidas espirituosas, porque “donde fueres, bebe lo que vieres”.
Desayuna, almuerza y cena como un auténtico checo siguiendo estas costumbres locales, aplicando al pie de la letra aquello de “donde fueres, haz lo que vieres”.
En el corazón de Europa late la República Checa, que no solo conquista a los viajeros que se enamoran con su historia, sus paisajes, su arquitectura o sus gentes, sino también a través de la mesa. Un auténtico festín entre regiones que convierte el país en un reclamo de primer orden para foodies.
Al paladar no le da tiempo a ponerse nostálgico cuando hablamos de disfrutar entre estaciones de la gastronomía de Chequia, que despliega sus encantos gustativos en cualquier momento del año. Frescura, platos tradicionales, grandes guisos y recetas que calientan el estómago y el espíritu conviven así en una cocina por descubrir.
El bocado dulce más típico de la pastelería checa se agota rapidísimo en el Designum Café, que se encuentra adosado al encantador hotel boutique Golden Key de Praga. “Los huéspedes checos van a lo seguro, mientras los extranjeros prueban y se emocionan”, asegura la chef Marcela Benešová, quien nos comparte la receta de sus bollos checos para prepararlos en casa, en tanto llega la oportunidad de visitar la ciudad de Praga en general y su cafetería, en particular

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