Descubre a Tomáš Baťa, el zapatero prodigioso que transformó la ciudad de Zlín
En todos los países surgen personas con una habilidad especial para transformar la realidad, su entorno y la vida de cuantos les rodean. La ciudad checa de Zlín también tuvo su particular talismán, se llamaba Tomáš Baťa y fue un visionario industrial del sector del calzado. Este 2021 se cumple el 145 aniversario de su nacimiento, un momento idóneo para recordar su figura y rendirle homenaje visitando aquellos lugares donde sigue estando presente.
Por: Pepa García
Publicado: Marzo 17, 2021
Esta no es una historia cualquiera ni sucedió en un lugar al azar sino que tuvo un protagonista muy claro, Tomáš Baťa. Este niño, nacido en una familia de zapateros, llegaría con los años a dirigir un gran imperio y a provocar una transformación total en Zlín, su ciudad. Si aún no te suena este gran empresario, nunca has visto una zapatería Bata en un centro comercial o tienes curiosidad por saber qué ver en Zlín, te interesa mucho seguir leyendo…
Tomáš Baťa, el genio del calzado
En la ciudad morava de Zlín no hubo un genio de la lámpara, sino que fue bendecida con algo mejor: vio nacer a un genio del calzado. Puede que aquel 24 de agosto de 1876 cuando llegó al mundo Tomáš Baťa nadie imaginase que aquel niño introduciría la revolución industrial en la modesta Zlín. Que terminaría dedicándose al mundo de los zapatos sí entraba dentro de lo factible, ya que su familia ya llevaba ocho generaciones en el oficio. Sin embargo, se podría decir que Tomáš no cumplió las expectativas de sus padres, ya que se empeñó desde muy joven en innovar en la empresa. Incluso se marchó, con solo 14 años, a trabajar a otra compañía buscando ampliar su formación. Su aventura no duró mucho, ya que su jefe vio en él a un posible competidor. Este revés, en lugar de hundirlo, le impulsó a crear su propio negocio de calzado.
Con apenas 18 años fundó, asociándose con sus hermanos Antonín y Anna, T&A Bat’a Shoe Company, y siguió aprendiendo nuevos procesos en una fábrica de montaje de Estados Unidos. Esa etapa americana supuso el impulso definitivo para aplicar una nueva organización del trabajo a su compañía. En ese contexto de revolución industrial de finales del siglo XIX, en 1897, lanzó los baťovky, un calzado ligero de lona con puntera de cuero y de bajo precio –destinado a la población trabajadora–, que supuso un gran hito. Esta clase social, acostumbrada a llevar pesados zapatos de cuero, aseguraba que era como “caminar sobre las nubes”. No pudo encontrar prescriptores más fieles para posicionar su marca.
En la amplia visión estratégica de Tomáš Baťa también se incluía la educación de los trabajadores, a los que enviaba a menudo a sucursales extranjeras. Una de sus frases más recordadas es la de “No me digas que no se puede, dime que no sabes hacerlo”. No menos reseñable era su intuición mercantil, comenzó a utilizar en los precios cifras como 599, en lugar de números redondos, para favorecer una percepción más económica por parte del cliente. Su confianza en el poder de la publicidad también merece un espacio en este artículo, ya que incluso llegó a crear los Estudios de Cine de Zlín para hacer sus propias películas comerciales. En los años 30, este “humilde zapatero” ya lideraba la exportación de calzados en el mundo (en España se conocía como Bata), pero un accidente de avión acabó con su vida en 1932 (tenía 56 años) cuando aún le quedaban muchas ideas por materializar.
Zlín, una ciudad a la medida de B’ata
La estancia de Tomáš en Estados Unidos no solo supuso un nuevo orden en la empresa sino que provocó una auténtica revolución en otras esferas externas al negocio. Impulsó la construcción de urbanizaciones cerca de sus fábricas para los trabajadores, y poco a poco la pequeña Zlín se fue convirtiendo en una ciudad industrial, con viviendas funcionales y rodeada de jardines. Incluso arquitectos como Le Corbusier quedó impresionado, tras su visita en 1935 dijo: “Zlín es un fenómeno brillante. Me he recorrido viajando el mundo entero y, a pesar de eso, aquí me siento realmente como en un nuevo mundo”.
Además de las viviendas también se interesaba por nuevas vías, como el río Morava, para facilitar el traslado de materiales a su industria. Aunque no pudo ver este deseo cumplido, su hermanastro Jan Antonín Bat’a construyó el Canal de Bat’a cuando tomó las riendas de la empresa.
La empresa Bat’a sobrevivió a los avatares de la historia, una dura guerra en la que se salvaron construyendo calzado militar, una posguerra en la que se centraron en zapatos de bajo costo para los bolsillos más desfavorecidos, y una posterior nacionalización comunista del negocio en 1948. Fue su hijo, Thomas J. Bat’a, quien, tras exiliarse en Canadá en 1939, no sólo mantuvo vivo el apellido sino que lo hizo brillar aún más. Bajo el nombre de Bata Shoe Organization logró vender más de 300 millones de pares de zapatos en un año. Y hasta aquí los devenires de la estirpe de zapateros Bat’a, todo lo demás pertenece a nuestra historia cercana.
Qué ver en Zlín para celebrar el 145 aniversario de Bat’a
¿Cómo sería Zlín si no hubiese nacido allí Tomáš Baťa? Eso no lo sabremos, pero lo que sí está claro es que distaría mucho de la ciudad que hoy día podemos admirar. Su concepción funcionalista, tanto en la arquitectura como en el ordenamiento urbanístico, se aprecia en las colonias obreras, villas e, incluso, en el rascacielos Zlín 21. En todo este progreso tuvo mucho que ver: por crear riqueza y empleo, ofrecer buenas condiciones laborales a sus empleados e implantar políticas sociales y de vivienda. Hay que recordar que incluso llegó a ser alcalde de la ciudad. ¿Nos acompañas a recorrer algunas visitas imprescindibles en Zlín siguiendo el linaje de esta familia de zapateros?
1. Memorial de Tomáš Baťa
Es una obra maestra de la arquitectura funcionalista de la urbe, un icono arquitectónico construido en un tiempo récord para poder ser inaugurado exactamente en 1933, un año después del trágico accidente aéreo de Tomáš Baťa. El arquitecto, František Lýdie Gahura, concibió el proyecto como un monumento, una catedral, no como un museo. Su objetivo era reflejar las cualidades del empresario y se ha convertido en un símbolo de la cultura arquitectónica de Baťa en Zlín.
2. Edificio Zlín 21
Este legendario edificio de 77,5 metros de altura fue construido entre 1936-1938 como centro administrativo del Grupo Baťa. En aquel momento era el segundo edificio más alto de Europa y estaba equipado con alta tecnología: aire acondicionado, un teleférico diseñado para lavar ventanas y reparar la fachada, ascensores de alta velocidad, un ascensor giratorio, y la oficina del director se ubicada en el ascensor.
3. Museo del Sureste de Moravia-Galería Regional de Bellas Artes.
La región de Zlín reconstruyó los edificios fabriles 14 y 15 y los conectó en un complejo que une el Museo de Moravia del Sudeste, la Galería Regional de Bellas Artes, la Biblioteca Regional František Bartoš y el Centro Regional de Información Turística.
La exposición permanente del museo, Principio de Bat’a, muestra la historia del negocio de los Baťa, su filosofía, políticas social y sanitaria, educación, ocio, transporte, comercio. También hay un taller histórico de fabricación de calzado, una demostración de producción mecánica, e información básica sobre la realización cinematográfica en los estudios del empresario.
Además, exhibe la colección de calzado más grande de Europa y la segunda del mundo, y una exposición dedicada a los viajes modernos.
4. Villa Bat’a
Frente a su fábrica, al otro lado del río Dřevnice, Tomáš Baťa hizo construir una villa familiar en 1909. El edificio fue diseñado por el arquitecto praguense Jan Kotěra, quien colaboró con otros artistas, incluidos F. Kysela y J. Horejc, en la decoración de los interiores. Por esta bonita vivienda pasaron numerosas personalidades de todo el mundo.
5. Canal de Bat’a
A través de este canal se pretendía acercar los materiales a las factorías Bat’a, hoy día se ha convertido en un lugar ideal para una ruta cicloturista.
6. Universidad de Tomáš Baťa y Atelier Design del Calzado
La universidad que lleva el nombre del maestro del calzado, un gran defensor de la formación desde sus orígenes, se ha convertido en un gran centro de investigación donde se continúa innovando en materiales y modelos. En su biblioteca se sitúa el Centro de Información Bat’a.
7. Festival de Cine Internacional para Niños y Jóvenes
Aquel primer estudio de cine que fundó Tomáš Baťa sembró la semilla del séptimo arte en Zlín y ahora es la sede de un reconocido festival anual dirigido a niños y jóvenes. A este gran certamen, al que se presentan unas 300 películas de 50 países del mundo, acuden casi 100.000 niños y adultos. ¿Adivináis cuál es el galardón de la película ganadora? ¡El Zapato de salón de oro!