Dónde iniciarse en el mundo del vino checo
Para los amantes de la buena mesa, uno de los grandes placeres de un viaje a Chequia es sin duda tener la oportunidad de descubrir su enorme variedad de vinos y si es posible, hacerlo en el sur de Moravia donde se elabora más del 96% de su producción. Por cierto en checo vino se dice vino, por lo que el primer paso ya está dado.
Por: Javier Mazorra
Publicado: Diciembre 17, 2019
Aunque ya no es ningún secreto quizás haya que recordarlo. Chequia, cuenta con algunas de las mejores cervezas del mundo pero sus vinos también pueden ser excelentes. No es ninguna casualidad que ganasen el año pasado 36 medallas de oro en Paris, en el prestigioso Concurso de enólogos de Francia, consiguiendo además el rosé Horák, el premio absoluto al mejor vino rosado.
El único problema que tienen los vinos checos es su escasa producción (no alcanza el medio millón de hectólitros, comparados por ejemplo con los 42 millones de España) que se consume, casi en su totalidad, en la misma Chequia. Por lo que la única posibilidad de probarlos y apreciar toda su calidad, es viajando allí donde viticultores y enólogos están ayudando a crear verdaderas maravillas.
Beber un buen vino checo se puede hacer en casi cualquier parte del país pero nada es comparable con hacerlo en el palacio barroco de Valtice uno de los más espectaculares de Centroeuropa donde no es raro coincidir con el rodaje de una película de época pero donde sobre todo destaca su histórica bodega, sede del Centro Nacional del Vino
Lo más extraordinario es tener el privilegio de poder catar in situ los mejores vinos checos elegidos en el Salón anual del vino de la República Checa que tiene también allí su cuartel general. Se pueden hacer muchos tipos de catas a partir de 100 coronas checas aunque vale la pena, si es amante del buen vino, invertir entre 400 o incluso 500 coronas (15/20 euros) en un verdadero festín que puede durar hasta dos horas y media, probando verdaderos tesoros y ayudado por un especialista.
Que nadie se preocupe por encontrar alojamiento en la zona. Allí mismo en el entorno del palacio hay un hotelito muy apañado Hotel Besední dům Valtice , y en el pueblo hay otros también recomendables.
En el Národní vinařské centrum se informa al visitante que se ha producido vino en la zona desde época romana. Se sabe que el Emperador Marco Aurelio anuló el edicto del Emperador Domiciano de plantar viñas al norte de los Alpes, promocionando la producción de vino en esta parte de centroeuropa. Unos siglos más tarde, el carismático rey de Wenceslao que terminó convirtiéndose en santo, se tomó muy en serio el mundo del vino, siendo considerado desde hace años como "Supremus Magister Vinearum" y patrón de las vendimias. Esa tradición ha perdurado, con algunos altibajos, hasta nuestros días, experimentando en estos últimos veinte años un llamativo renacimiento.
Aunque se sigue produciendo vino cerca de Praga, las cuatro zonas con verdadera importancia en este campo se concentran en el extremo sur de Moravia, en la frontera con Austria y Eslovaquia. Si hubiese que destacar sólo una subregión, esa sería la que rodea la preciosa población de Mikulov pero también hay vinos extraordinarios en Znojemská, Velkopavlovická y en Slovácká, teniendo como referencia al río Dyje.
Dos terceras partes de la producción es vino blanco, destacando dos variedades autóctonas la Müller-Thurgau y la Grüner Veltliner aunque contando con una importante presencia de riesling. Hay que recordar que esta zona de la Chequia se encuentra en el mismo paralelo que Alsacia y con unas condiciones no muy distintas.
Para los verdaderos especialistas las grandes joyas hay que descubrirlas ahora sin embargo entre los tintos donde la variedad predominante sigue siendo la Svatovavřinecké aunque desde hace un tiempo compartiendo espacio con Pinot Noir e incluso Cabernet Sauvignon.
Es importante esta información porque los checos se toman muy en serio indicar en sus etiquetas todo tipo de datos que ayuden al cliente a elegir. Resulta curioso que no sólo aparezca la región, subregión y el pueblo donde se ha recogido la uva, sino también el Trat’ o viñedo en concreto y su contenido en azúcar. Algo esencial en las etiquetas es poder encontrar este apelativo Jakostní víno s přívlastkem que significa vino de calidad con atributos especiales, correspondiendo sólo a los mejores.
El Centro Nacional del Vino está abierto al público durante todo el año aunque si se puede elegir fecha, sin duda la mejor para disfrutar del mundo del vino es el mes de septiembre, tiempo de cosecha pero sobre todo de festivales o vinobraní , como se les conoce allí. Los hay por toda la zona pero incluso en la capital, Brno. Es el momento de seguir alguna de las muchas rutas que se han establecido. Algunas de ellas se pueden realizar en bicicleta, posiblemente el medio de transporte ideal para descubrir estos extraordinarios paisajes cuajados de palacios barrocos y castillos medievales donde siguen perdurando cientos de bodegas familiares que durante esas semanas abren sus puertas a todos los viajeros.
Quizás la página web más completa sobre el vino checo sea https://www.wineofczechrepublic.cz/en/