En BRNO la arquitectura tiene vida propia.

La capital de Moravia es el destino perfecto para los amantes de la arquitectura moderna pero también para los que busquen descubrir  una ciudad desde un punto de vista original y distinto.

Por: Javier Mazorra

Publicado: Febrero 09, 2017

A la Capital de Moravia hay que ir a conocer su carismático cocodrilo, para perderse por sus construcciones subterráneas, para conocer su Castillo Spilberk pero para mí Brno es sobre todo uno de los mejores lugares del mundo para descubrir la arquitectura moderna de autor con mayúsculas y muy en especial, la que se hizo entre 1918 y 1945. Hay medio millar de edificios en pie de ese periodo, unos ciento cincuenta son extraordinarios y se han creado nueve rutas para hacer múltiples gymkanas en torno a este apabullante patrimonio.

Hay muy pocas ciudades en el planeta en el que durante la primera mitad del S.XX se diese tal importancia a  la arquitectura. Tanto para los gobernantes de Brno, como para sus arquitectos y artistas, la nueva Checoslovaquia que acababa de nacer, debía tener su propio estilo- racionalista- y unos edificios acordes a esa nueva época. Y tuvieron la suerte de que las condiciones económicas permitieran ponerse inmediatamente manos a la obra, haciendo realidad muchos de los proyectos innovadores que se iban proponiendo.

Por fortuna muchas de esas obras han llegado prácticamente intactas hasta nuestros días y eso a pesar de que después de la Segunda Guerra Mundial esa arquitectura sería obviada y muchas veces despreciada por el régimen comunista, llegando a encarcelarse a varios de sus creadores más notorios.

La máxima joya es la Villa Tugendhat, posiblemente la casa privada más espectacular que realizara  en toda su carrera el gran arquitecto alemán Mies van der Rohe , declarada Patrimonio de la Humanidad y que  desde su reapertura, sólo se puede visitar reservando con semanas de antelación.

Pero hay muchísimas maravillas más, fácilmente accesibles repartidas por todo el municipio y su entorno más cercano. Lo más recomendable es comenzar explorando el Centro donde la municipalidad a través del proyecto BAM ha señalizado unos sesenta edificios a lo largo de un recorrido  de unos 4km que permite conocer obras de muchos de los protagonistas de la Brno de entreguerras. Lo curioso es que muchos de estos lugares siguen siendo utilizados y son de acceso público. Así  se puede entrar en Moravská banka  diseñado por dos de las grandes figuras de este movimiento Ernst Wiesner y Bohuslav Fuchs. De este último se puede ver incluso la reconstrucción de su emblemático Café Zeman, destruido por razones políticas.

Después cada uno según sus gustos, el tiempo de que disponga y sus circunstancias puede diseñarse su propia ruta. El transporte público en Brno funciona muy bien y llega a todas partes. Se pueden ir buscando los distintos cafés diseñados en esa época donde hay que incluir, el Savoy de Jindřich Kumpošt, el Café del gran almacen Koldaba de Jan Višek recientemente restaurado pero sobre todo el ERA de Joseph Kranz que no se encuentra lejos de la Villa Tugendhat.

Otra posibilidad es buscar los edificios más significativos de un arquitecto en concreto como estos mismos Wiesner  y Fuchs lo que permite descubrir gran parte de los nueve itinerarios. Por otra parte el que desee combinar  ir de tiendas como el disfrute de esta arquitectura también puede hacerlo ya que se incluyen varias como   el antiguo edifico BATA (CENTRUM)  diseñado por Vladimír Karfík aunque posteriormente modificado o Brouk & Babka (Actualmente BATA) de Miroslav Kopřiva.

Los que busquen un lugar muy especial no pueden perderse visita a la Villa Stiasny  de Wiesner  que tuvo una segunda vida durante los años de plomo cuando se convirtió en residencia de personalidades extranjeras que visitaron la ciudad. Tiene además el atractivo añadido de encontrarse rodeada de una treintena de espectaculares villas  en el entorno del complejo Masaryk creado durante los años veinte como  máximo ejemplo de esa nueva arquitectura funcional que se desarrolló en gran parte de la actual república checa.

Otro lugar muy singular es el Centro de Exposiciones y Congresos, construido en esos mismos años con la colaboración de algunos de los grandes arquitectos de esa época. En su entorno se encuentra la única obra d Adolf Loos  en Brno quien aunque había nacido en la ciudad en una casa que ahora ocupa el Hotel Continental, por cierto un interesante edificio de Zdeněk Řihák, sólo realizó el interior del inusitado Palacio Bauer. Para ver sus mejores trabajos en la República Checa hay que ir a Pilsen donde se han recuperado varias de sus casas.

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