Hotel Boutique Jalta, recia elegancia
Con la sólida presencia de los edificios construidos en los años cincuenta, el hotel Jalta está muy bien plantado a la vera de la emblemática plaza de Wenceslao, en pleno centro de Praga, para proponer a sus huéspedes lujo sobrio, alta comodidad, detalles que se agradecen y un curioso bunker nuclear convertido en museo.
Por: Jess Garbarino
Publicado: Junio 28, 2017
Las esculturas de campesinos que adornan el frente del Hotel Boutique Jalta y su sólida presencia, al estilo del realismo socialista, hablan con elocuencia sobre la historia del edificio y brindan una primera impresión de rigurosa distinción, de lujo sin estridencia.
Construido en la década de los cincuenta, el que fuera el hotel más elegante de los años del comunismo checoslovaco hoy es propiedad del grupo Flow East, que ha sabido fusionar el estilo de una época con la calidez y la comodidad que demandan los viajeros del nuevo siglo.
A lo largo de sus siete pisos de alto, el hotel cuenta con 94 habitaciones categoría Superior, once Superior Deluxe y cinco Suites, con una decoración sobria, amenities de lujo y detalles que acentúan el confort de los huéspedes. La mitad de los cuartos tienen vistas privilegiadas de la enorme plaza de Wenceslao. Y en la parte superior, con un gran balcón, a los pies de uno de los grupos de esculturas de campesinos, se encuentra un gran salón para eventos que puede albergar hasta 300 personas.
En sintonía con el estilo del hotel, el servicio es cordial y atento, evitando ser intrusivo. Incluso los empleados se esfuerzan por hablarte en tu idioma o encontrar al indicado que pueda solucionar cualquier circunstancia en español.
Además, está el palpitante restaurante Como, con su agradable terraza que da a la plaza, donde ofrecen una fusión de platillos mediterráneos, asiáticos y checos. Allí sirven cada mañana los desayunos y tienen la cocina abierta hasta las 23 horas. Asimismo, el bar Como, recientemente remodelado, que gira en torno a una muy interesante barra diseñada por Jason Volenec, es el lugar perfecto para la copa que alarga la velada.
Secreto nuclear
Pero el dato que hace verdaderamente único a este hotel tiene aún más años que sus paredes de mármol travertino y está unos metros debajo de la superficie. Durante la Segunda Guerra Mundial se levantaba en esa ubicación una casa que fue destruida por un erróneo bombardeo destinado a la ciudad de Dresde. Una vez terminada la contienda, las autoridades comunistas (bajo las órdenes del primer ministro Antonín Zápotocký) decidieron aprovechar el espacio abierto para construir allí, en el más extremo secreto, un bunker nuclear.
El resto del edificio –catalogado desde 1991 como monumento nacional protegido e inscripto en la lista del Patrimonio Cultural de la Unesco– se levantó sobre este bunker secreto que, según algunos historiadores, funcionó como centro del Estado Mayor del Pacto de Varsovia y como oficina de inteligencia desde la cual la policía comunista espiaba a los huéspedes occidentales.
Desde 2013, gracias a la colaboración entre los nuevos dueños del hotel y la Asociación de las Fuerzas Armadas Checoeslovacas (una organización sin fines de lucro), el bunker nuclear se ha convertido en el interesante Museo de la Guerra Fría, que se puede recorrer gratis si eres huésped del hotel (y pagando unas 170 coronas si sólo estás de visita).
Así, de lo evidente a lo más escondido, este hotel es la confluencia armónica entre el pasado y el presente.
Contacto
Hotel Boutique Jalta
Václavské námesti 45, Nové Město, Praga 1.
Tel. +420 222 822 842
www.hoteljalta.com
Si quieres saber más sobre el Museo de la Guerra Fría, lee este artículo: Jiří Paldus, el Museo de la Guerra Fría y un soldado que no sonríe