Las Montañas Gigantes, ¿abstraerse o hacer deporte?
A solamente dos horas en coche al noreste de Praga se encuentra el Parque Nacional de Krkonoše, un paraíso entre las montañas checas más altas y los bosques más frondosos. Un lugar, repleto de nieve en invierno, ideal para practicar esquí y, muy fresco y excepcional en verano, para hacer senderismo y practicar muchos otros deportes.
Por: Joaquín del Palacio
Publicado: Julio 12, 2018
Los mejores destinos de nieve en el mundo no son más bonitos que Špindlerův Mlýn, ubicado en el corazón del Parque Nacional. Además hay que aprovechar la oportunidad de disfrutar del frescor, que nos proporcionan, en verano, las montañas que lo circundan y los bosques que la rodean. Estos elementos componen el atractivo perfecto para realizar una escapada y gozar en medio de la naturaleza.
Un alojamiento muy especial en el centro
En Špindlerův Mlýn la carretera termina y comienza el paraíso. Este precioso pueblo de montaña está rodeado de pistas de esquí y, en verano, se convierte en un destino estratégico por estar en medio del Parque Nacional. Es un lugar magnífico para disfrutar de las rutas o, incluso, del bobsleigh sobre ruedas, una experiencia que todo el mundo debería probar porque resulta intensa y relajante.
Al encanto natural se le suma un alojamiento suntuoso pero accesible: el hotel Savoy, lujo e historia a buenos precios. Se trata de un hotel de 1881 totalmente renovado en el que te ofrecen la posibilidad de hacerte el traslado desde el aeropuerto de Praga y, luego in situ, alquilar un scooter para desplazarse por las inmediaciones o, simplemente, caminar por uno de los espacios naturales más atractivos del centro de Europa.
El techo checo, al este
Este territorio cuenta con unos paisajes de montaña y una riqueza natural con tal calidad que fue declarado Parque Nacional de Krkonoše, en 1963, y Reserva de la Biosfera, en 1992. Las famosas Montañas Gigantes culminan en el pico Sněžka (1.603 m), en checo significa “cubierto de nieve”, que pertenece a la cadena montañosa de los Sudetes (la parte fronteriza entre Alemania y la República Checa), hace frontera con Polonia y se enmarca en un kilométrico territorio salvaje de montañas, bosques, ríos, cascadas y paisajes naturales a los cuales se puede acceder con relativa facilidad. Para alcanzar la zona oriental del parque lo ideal es entrar por el núcleo de población de Pec pod Sněžkou.
En invierno, de blanco, se convierte en el paraíso del esquí y los trineos; en verano, de verde, llega el momento de los senderistas que quieren alcanzar el techo checo y disfrutar divisando, desde los miradores, las vistas de un lugar recóndito que incluso pasó bastante desapercibido en la Segunda Guerra Mundial.
Son también unas montañas ricas en minería. Ya en 1456 un mercader veneciano relataba que estuvo por aquellos lares en busca de joyas; posteriormente, se situaría un asentamiento humano que quiso aprovechar esa riqueza subterránea.
Acceso directo
Al oeste está el municipio de Harrachov, en plena carretera E-65 que une Praga y Wroclav, en Polonia. Este lugar es muy conocido por sus competiciones de salto de esquí y por la gran torre que ostenta su pista principal. Además es uno de los paraísos de cualquier deportista, sí, porque todos tienen, en Harrachov, algún deporte que practicar. No solamente los amantes de la montaña que monten en bicicleta o desciendan ríos, sino que los amantes de deportes sobre pista o en espacios concretos como: golfistas, tenistas o futbolistas se encontrarán como en casa. También se puede volar en parapente, montar en quads y... ¡Disfrutar de la cultura, de una manera peculiar!
En Harrachov hay un museo sobre el Cristal de Bohemia que es a su vez hotel, fábrica de cristal y de cerveza, restaurante y también spa en el que emplean la cerveza para mejorar la piel y rejuvenecer el cuerpo y la mente. Sí, todo en uno. Quizá sea posible vivir en este lugar sin tener que salir nunca... Mientras tanto afuera nos seguirá esperando la naturaleza en estado puro y la posibilidad de ejercitarse. ¡Toda una experiencia!