LIBEREC Y HRADEC KRÁLOVÉ: El arte del cristal, el encaje y los belenes
Las regiones de Liberec y Hradec Králové son ricas en tradiciones artesanales de gran belleza y prestigio internacional. El vidrio soplado, los encajes elaborados a mano y los belenes navideños son algunos de los delicados trabajos que se realizan en diferentes talleres de la zona, que sorprenden al viajero en este recorrido imperdible.
Por: Jess Garbarino
Publicado: Agosto 03, 2023
DÍA 1
De Praga al Valle de Cristal, Liberec
Traslado por carretera desde Praga hasta Cvikov (110 kilómetros).
Aunque siempre cuesta dejar atrás Praga, decidirse a tomar la carretera para explorar otros rincones de Chequia siempre es una excelente decisión. En esta ocasión la propuesta es poner rumbo hacia el norte para conocer el llamado Valle del Cristal, que lleva este nombre debido al tradicional trabajo que desarrollan en la zona los artistas del cristal checo. La primera parada será en Cvikov, donde se encuentra el taller de cristal Pacinek, del reconocido artista Jiri Pacinek. Allí es posible ver cómo pervive, con toques muy actuales, una tradición centenaria, además de disfrutar observando trabajar al maestro Pacinek, visitar el taller de tallado y recorrer la sala de exposición. Aunque, uno de los mayores atractivos de esta visita es el sorprendente Jardín de Cristal.
¿Hambre?
Restaurante de la Cervecería Cvikov: buen lugar para degustar la cocina checa local y probar la cerveza Sklář, que se elabora en esta localidad.
Dirección: Pivovarská 405, Cvikov.
El recorrido continúa poniendo rumbo a Nový Bor, distante a unos diez kilómetros, para visitar una fábrica de cristal que ofrece excursiones poco tradicionales. Allí se puede observar la producción diaria de decenas de miles de piezas de vidrio utilitarias además de grandes objetos de luz y lámparas de araña para los más famosos hoteles, palacios y barcos. Pero lo más interesante es vivir la experiencia de soplar vidrio con la asesoría de un experto maestro vidriero. También vale la pena visitar el Museo Novotný Art Glass, donde se exhibe una colección de artes aplicadas, plásticas y de cristal moderno.
A apenas ocho minutos, también en Nový Bor, se encuentra Lasvit Ajeto, una fábrica reconocida mundialmente por sus excelentes diseños de vanguardia. Las obras de arte de la cristalería se encuentran en las colecciones de personalidades como el ex presidente de los Estados Unidos Bill Clinton y el cantante Mick Jagger. Allí se puede ver –desde una galería de observación– como trabajan los maestros vidrieros. Incluso es posible intentar crear un producto de vidrio propio utilizando la boquilla de soplado.
Por último, para terminar el día, hay que recorrer los 37 kilómetros que separan a Nový Bor de Liberec, para cenar y hospedarse.
¿Hambre?
Dirección: Hrazená 900, Liberec.
Dirección: Svobody 295/30, Liberec.
Dónde dormir:
Pytloun Wellness Travel Hotel***, con piscina exterior de agua salada.
Dirección: Volgogradská 70, Liberec.
Clarion Grand Hotel Zlatý Lev****, de estilo art noveau, donde solían alojarse Johann Strauss y Amundsen, entre otros. Ubicado en el centro de Liberec.
Dirección: Gutenbergova 126/3, Liberec.
Apartamentos Sungarden Liberec, en una de las zonas más tranquilas de la ciudad.
Dirección: Venusina 897/5, Liberec.
DÍA 2
Liberec, Valle de Cristal (Ponikla y Jablonec), Hořice, Miletin y Hradec Králové
El segundo día empieza emprendiendo viaje hacia Ponikla, distante a 55 kilómetros.
El pintoresco pueblo ubicado en las montañas de Krkonoše es el único lugar en el mundo donde todavía se conserva la tradición de elaborar artesanalmente cuentas de vidrio. La visita a la fábrica de Rautis permite observar todo el proceso de producción, desde el soplado manual, el baño de plata, el teñido y hasta el montaje de las decoraciones. Además, es posible experimentar de primera mano, guiado por expertos, la dificultad que implica la elaboración de esta artesanía reconocida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
La ruta continúa por carretera a lo largo de unos 20 kilómetros, hasta llegar a la pintoresca joya de las montañas Krkonoše, el pequeño pueblo de Harrachov, hogar de la fábrica de vidrio Novosad, donde se puede ver de cerca cómo trabajan los vidrieros y cortadores. Allí también hay un pequeño museo del vidrio y una tienda. Otro atractivo es la visita guiada a la cervecería local, para probar su especialidad, las cervezas František y Čerťák.
La siguiente parada en la ruta del segundo día de viaje es en Jablonec nad Nisou, distante a unos 40 kilómetros.
En Jablonec es posible hacer un alto para comer y reponer fuerzas antes de descubrir los atractivos del lugar.
¿Hambre?
Restaurante Radnice Jablonec nad Nisou: cocina tradicional checa con un toque moderno.
Dirección: Mírové náměstí 14, Jablonec nad Nisou.
Por la tarde, llega el momento de visitar el G&B Beads, que además de ofrecer un recorrido por la fábrica, cuenta con un interesante museo, que recorre trescientos años de historia de las cuentas de vidrio checas originales, que se han exportado a todo el mundo.
Para cerrar el día con un sabor dulce de boca, hay que volver a tomar la carretera y recorrer 70 kilómetros hasta Horice, un pueblo encantador donde se elaboran unas golosinas muy apreciadas que nadie quiere perderse.
La última parada del día será en Hradec Králové, a unos 20 kilómetros de distancia, donde llega el momento de descansar.
¿Hambre?
Dirección: Velké náměstí 145, Hradec Králové.
Dirección: Dlouha 101, Hradec Králové.
Dónde dormir:
Dirección: Jana Koziny 336, Hradec Králové.
Dirección: Špitálská 183, Hradec Králové.
Dirección: Malé náměstí 117, Hradec Králové.
DÍA 3
Hradec Králové, Třebechovice pod Orebem (Museo de Belenes) y Palacio de Opocno
El día comienza temprano para descubrir otra de las joyas de las artesanías checas, reconocidas a nivel mundial: los belenes. Aunque no sea Navidad, a 15 kilómetros, en Třebechovice pod Orebem, se puede visitar un peculiar Museo de Belenes – Belén de Probost. El belén mecánico único de Probošt fue hecho de madera hace más de cien años. El museo también tiene docenas de otros belenes.
Dirección: Masarykovo náměstí 1426.
El recorrido continúa poniendo rumbo a Vamberk distante a unos 35 kilómetros.
En Vamberk se encuentra el Museo del Encaje. La tradición del encaje de este lugar, que data del siglo XVII, se transforma en una artesanía de renombre mundial en manos de los mejores diseñadores. La exposición del Museo del Encaje presenta encajes populares antiguos y también organiza la Bienal Checa del Encaje.
Al mediodía, se pude regresar a Hradec Králové para el almuerzo.
¿Hambre?
Dirección: Velké náměstí 26, Hradec Králové.
Dirección: Pražská třída 29/146, Hradec Králové.
Por la tarde, la ruta se dirige a Opocno, distante a 10 kilómetros.
El castillo de Opocno ha estado escribiendo su historia desde el siglo XI. A través de un desarrollo gradual, el castillo gótico y la suntuosa residencia renacentista llegaron a manos de los Colloredo-Mansfelds, quienes la convirtieron en una cómoda residencia aristocrática utilizando los logros tecnológicos más modernos de finales del siglo XIX y XX. El castillo conserva interiores históricos con ricas colecciones, principalmente de armas y pinturas que cuentan la historia de Chequia a través de los siglos.
Un parque inglés rodea el castillo y ofrece a sus visitantes paseos románticos bajo las copas de los árboles, a lo largo de estanques con patos, cardúmenes de peces y puentes de madera con cascadas.
El día termina nuevamente en Hradec Králové para cenar y dormir.
DÍA 4
Hradec Králové – Broumov – Hradec Králové
La última parada de esta aventura es en Broumov, una ciudad ubicada a 80 kilómetros de Hradec Králové. Su tesoro más emblemático es una copia del Lienzo de Torino que supuestamente se utilizó para envolver el cuerpo de Cristo al ser bajado de la cruz. ¡No es una copia cualquiera! En el mundo existen solo cuarenta de estas copias, con su escritura original que comprueba que realmente es copia del genuino Lienzo de Torino. Para verlo hay que visitar el impresionante complejo barroco del monasterio benedictino de Broumov.
Otra joya de Broumov, que también parece ser “inmortal”, es la iglesia de camposanto de Nuestra Señora que es el más antiguo de los monumentos de arquitectura sacra de madera que se han conservado en Chequia. Otros santuarios de madera en la región de Broumov fueron reemplazados por obras de mampostería y así surgió una agrupación de iglesias de Broumov que están dispersas por el precioso paisaje alrededor de esta pequeña ciudad.
Por último, es momento de regresar a Hradec Králové para descubrir sus muchos encantos.
La Torre Blanca es, sin lugar a duda, la silueta dominante y majestuosa de Hradec Králové y se yergue en el mismo centro de la ciudad. Adquirió su nombre gracias al color brillante de la piedra arenisca de Hořice que fue utilizada en su construcción. La altura de esta torre renacentista de 72 metros ofrece a sus visitantes una bellísima vista a la ciudad y también de las cimas lejanas de las montañas Krkonoše y Orlické hory. La obra fue financiada por donaciones de sus ciudadanos y la construcción comenzó en el año de 1574. Siete años más tarde colocaron en la cuarta planta de la torre la gigantesca campana denominada Augustin que pesa ocho toneladas.
Muy cerca de la torre está la catedral del Espíritu Santo, cuya historia tiene mucho misterio. No se ha conservado la escritura fundacional de la iglesia, por lo tanto, se supone que fue construida en el año de 1307 por la Reina Checa Elizabet Rejcka.
El broche de oro para esta gran aventura: navegar como en los tiempos de la revolución industrial. Las máquinas de vapor son testimonio del ingenio humano del siglo XIX, cuando este modo de viajar era muy habitual. Más o menos una hora de navegación en los barcos de vapor conducen a los viajeros desde el malecón de Smetanovo, cerca del Museo de Bohemia del Este, hasta la magnífica central hidroeléctrica de Sander. De regreso, se navega contra la corriente del río Elba, por el pintoresco paisaje de los alrededores de la ciudad.