Loket, el imbatible codo del río Ohře
En su sinuoso transcurrir, el río Ohře rodea con un pronunciado meandro a la pequeña población de Loket, cuyo nombre en checo significa “codo”. Una fortaleza ubicada en ese punto estratégico ha vigilado la historia de los últimos ocho siglos. Y todo el conjunto es de una belleza que a nadie deja indiferente.
Por: Jess Garbarino
Publicado: Marzo 03, 2023
El castillo de Loket tiene fama de ser imbatible y su aspecto general confirma su prestigio, además de despertar la imaginación de niños y adultos. El río Ohře, que allí forma un meandro casi circular, ha funcionado como foso de defensa, mientras la inclinada cuesta hasta la cima y las gruesas murallas del castillo hicieron el resto. Sin embargo –ventajas del turismo moderno–, hoy es muy sencillo atravesar el bello puente que lleva hasta su entrada principal y dar un paseo por los patios y habitaciones de esta fortaleza que ha sido testigo de la historia desde el siglo XIII.
Sin duda, el castillo medieval de Loket es una excelente excusa para viajar a esta pequeña población de unos tres mil habitantes, ubicada a apenas 15 kilómetros de Karlovy Vary. Aunque hay varios atractivos más que disfrutar cuando se decide explorar el pueblo y sus alrededores. Además de probar las deliciosas cervezas que se producen en la microcervecería local, San Florian.
Hrad Loket
Aprovechando las facilidades para el acceso, lo primero que se debe hacer en Loket es recorrer su castillo-fortaleza, que invita a trasladarse por un rato a la edad media bohemia.
Los primeros testimonios escritos de la existencia del castillo de Loket datan de 1234, aunque algunos historiadores sospechan que el asentamiento podría tener hasta dos siglos más de antigüedad. A lo largo del tiempo, la fortificación ha pasado de manos y ha ido modificando tanto su estructura como su función, hasta convertirse en el portentoso edificio de estilo gótico que hoy se puede admirar.
Durante el recorrido por los interiores, se pueden apreciar diferentes exposiciones, como una de porcelana local del museo de la ciudad, ver un meteorito de más de 100 kilos que cayó en la zona allá por el año 1422, disfrutar el agradable patio, animarse a ver las mazmorras con su correspondiente museo de la tortura y subir a la torre para obtener bellas vistas del entorno.
Cuenta la historia que el famoso emperador Carlos IV (el que le dio nombre al Puente de Carlos de Praga y a la ciudad de Karlovy Vary) tenía especial aprecio por este lugar, a pesar de que había sido su prisión cuando era apenas un niño.
Otro personaje célebre que sentía fascinación por Loket era el escritor alemán Johann Wolfgang Goethe, aunque cuando la joven Ulrika von Lewetzov rechazó su propuesta amorosa durante un baile en la terraza del hotel Bílý kůň, despechado, juró no regresar nunca más.
Un paseo por el pueblo
El puente del siglo XIX que atraviesa el río Ohře y conduce al castillo es también la entrada principal al encantador pueblo de Loket, que se levanta a los pies de la fortificación. La calle principal de Loket es TG Masaryka y allí, muy cerca de la entrada se encuentra la cervecería San Florian (Pivovar Svatý Florian), que elabora su propia cerveza, entre otras especialidades, y cuenta con una interesante colección de tacitas de Karlovy Vary (especialmente diseñadas para beber las aguas minerales de la localidad) que exhibe en una especie de museo que se puede visitar en la planta alta. El lugar es excelente para hacer un alto y saciar la sed luego de recorrer el castillo y antes de iniciar el paseo por el pueblo.
Luego se puede ver el ayuntamiento, de estilo barroco, con su cúpula en forma de bulbo, la iglesia de San Wenceslao y la columna de la peste, coronada con una estatua de la Santísima Trinidad. Un poco más adelante se encuentra la Torre Negra, que es la única torre de defensa que se conserva del sistema de protección medieval, donde se puede subir para obtener otra perspectiva de Loket. También llama la atención el hotel Bílý kůň, donde le rompieron el corazón a Goethe, y una estatua en su honor, para recordar que a pesar de todo, el pueblo se siente orgulloso de su paso por sus calles.
Las vistas panorámicas
Siempre es buena idea dejar lo mejor para el final y eso en Loket equivale a reservar un buen rato para recorrer los miradores que ofrecen unas vistas magníficas de Loket. De modo que hay que cruzar nuevamente el puente, esta vez con dirección opuesta al castillo y caminar por los senderos que transcurren entre los diferentes miradores, donde se aprecia en toda su belleza el codo del río Ohře abrazando el pueblo coronado con su imponente fortaleza.