En medio de un precioso paisaje cubierto de viñedos y peñones blancos se sitúa a la sombra de su palacio una ciudad de cuento de hadas, Mikulov. Aquí puede admirar numerosos monumentos históricos, montar en bicicleta y recorrer los alrededores bañados por el sol o simplemente sentarse un rato disfrutando de una copa de excelente vino.