Praga, perfecto escenario de una novela de misterio
La capital de la República Checa ha servido de escenario de multitud de novelas policiacas y de misterio. Entre las últimas destaca “El Molino de Momias” de Petr Stančik , la guía perfecta para descubrir esa Praga a medio camino entre la realidad y la fantasía.
Por: Javier Mazorra
Publicado: Febrero 18, 2017
Praga es una ciudad que me impresiona pero también me estremece. Siempre he sentido que su inquietante belleza, su apabullante monumentalidad esconde infinidad de secretos. No debo ser el único en haber pensado que de alguna forma, ese fascinante escenario, a medio camino entre la realidad y la fantasía, que surge a uno y otro lado del carismático Puente Carlos, haya sido construido con la ayuda de espíritus y fuerzas desconocidas, para convertirla en el escenario perfecto de una novela de misterio.
No puede ser casualidad que Praga haya inspirado la creación de un personaje tan desconcertante como El Golem, o hiciera posible ese delirante gabinete de curiosidades que surge , a mediados del S.XVII, bajo el patrocinio del emperador alquimista Roldolfo II , ni mucho menos tampoco se podría explicar, de manera racional, el sobrecogedor universo de un escritor tan genial pero al mismo tiempo tan inclasificable, como Kafka.
Esa Praga Mágica la han intentado descifrar algunos escritores como el italiano Angelo María Ripellino o Gustav Meyrink (El Golem) pero quizás la forma más fácil y divertida de descubrir algunas de las múltiples facetas y secretos de la capital checa sea leyendo la novela pseudo policiaca “El Molino de Momias” de Petr Stančik de 2014, publicada en castellano por Tropo Editores en 2016.
Con la disculpa de resolver los crímenes de un asesino en serie, Stančik, con la ayuda del comisario Leopold Durman, nos va adentrando en los diferentes aspectos y singularidades de una ciudad que ya en 1865, cuando transcurre la trama, no se parece a ninguna otra pero que tampoco es tan distinta a la que podemos visitar hoy en día.
Son múltiples los guiños al lector para que se ponga en marcha y redescubra la capital checa con el libro en la mano y la colaboración de personajes históricos como el compositor Smetana, el escritor Jan Neruda o Fernando, el último Emperador que también se coronó como rey de Bohemia. Muchas de las direcciones que incluye cuentan con una nota al margen donde se indica su nombre actual. Y algunas esconden más de una sorpresa. Sólo revelaré una de ellas pero con la única intención de animar al viajero a que siga aventurándose por su cuenta, siguiendo las pistas que nos da el autor.
Quien busque la casa donde supuestamente vive el comisario Durman se va a encontrar con la misteriosa iglesia de Santa Ana, un templo desacralizado pero con sus paredes aun cuajadas de maravillosas pinturas. Es la actual sede de una fundación benéfica y vale la pena conocer su interior.
Por otra parte a quien le guste la cerveza y quiera saborear las distintas variedades que se pueden encontrar en Praga, sólo tiene que ir leyendo el libro. La primera recomendación es la emblemática cervecería U Fleku y desde allí sólo tiene que ir tirando de la cuerda. Es también una buena oportunidad para conocer la cocina checa.
De vez en cuando sin embargo la novela nos lleva a lo desconocido, lo que ya no existe o simplemente forma parte de esa Praga entre la fantasía y la imaginación que tanto nos seduce.
Por ello que nadie se extrañe de toparse con pistas aparentemente falsas. El comisario Durman lo va a llevar por lugares tan famosos como la Plaza de la Ciudad Vieja con su omnipotente Reloj Astronómico, por la calle Celetnà o las callejuelas de Mala Strana, hasta alcanzar el Castillo y la Catedral de San Vito pero también por lugares llenos de espejismos e incognitas a través de un laberíntico barrio judío o por algunos rincones de Nove Mesto o incluso por las islas del río Moldava.
A quién le interese seguir conociendo la ciudad de la mano de novelas policiacas, también les recomiendo dos obras muy distintas, “El Violinista de Praga” de Michael Crane, publicado por Grijalbo en 2010 y la “Hora Estelar de los Asesinos” de Pavel Kohout , publicada en 2006 por Alianza Editorial.