Raras, divertidas o un poco locas, así son algunas costumbres checas
Cada país tiene sus costumbres y manías, unos hábitos que al fin y al cabo forman parte intrínseca de parte de la población, y a los que no se le da la mayor importancia. Sin embargo, si los comparas con los de otros países, pueden resultar chocantes, divertidos o curiosos. Te contamos sólo diez pero ¡qué diez!
Por: Colaborador invitado
Publicado: Mayo 14, 2021
Las situaciones o costumbres cotidianas son las que generan más desconcierto a cuantos visitan la República Checa o frecuentan la compañía de aquellos checos repartidos por el mundo. Es, por tanto, conveniente que conozcas algunas para que, llegado el caso, sepas cómo actuar con normalidad. Toma nota.
1. En casa siempre en zapatillas
Un checo no concibe llegar a casa y permanecer con los mismos zapatos con los que ha estado andando en la calle. No importa cuántas veces entre o salga al día, siempre (¡siempre!) se descalza y se pone zapatillas. Por este motivo, lo habitual es que tenga junto a la puerta de su vivienda un zapatero donde tanto él como sus visitas depositen el calzado. Incluso si acudes a una cena elegante a casa de algún amigo, te puede pedir que lleves tus pantuflas para usarlas allí. Si vas bien vestido, la imagen puede dejar mucho que desear... Cuando hay celebraciones con muchos invitados, el hall de la vivienda a veces puede parecer la entrada a una mezquita, con todos los zapatos en fila. Pero no sólo son maniáticos con los zapatos, ya que también hay una mayoría de checos que se cambian de ropa, por norma, en cuanto llegan a casa.
2. Persianas o cortinas, ¿para qué?
Las manías continúan también en el interior de la casa, ya que, curiosamente, no es habitual que dispongan de persianas o cortinas. Si convives con checos, la lucha puede ser encarnizada, porque no conciben una casa a media luz. Primero, porque sus casas no suelen disponer de persianas (en estos últimos tiempos, un poco más), y segundo, porque tampoco es habitual que coloquen cortinas para aumentar su privacidad. Así que… tendrás que dormir con antifaz si no quieres que te despierte la luz, y tener cuidado de alejarte de la ventana cuando te desnudes.
3. Puntualidad extrema
Se suele hablar de la puntualidad británica pero el caso es que los checos son tanto o más rigurosos que ellos con los horarios. En la República Checa si alguien te invita a un evento o a cenar, esperará que acudas a la hora en punto, o incluso antes. En eso, como puedes ver, difieren mucho de las costumbres españolas, donde incluso está mal visto llegar a la hora en punto, ya que se sabe que los anfitriones cuentan con ese “margen de retraso”.
4. Cuanto más temprano mejor
Seguimos con las manías horarias. Debes saber que para salir a desayunar, a comer o cenar, o incluso para ir de excursión, la máxima checa es cuánto antes mejor. El concepto checo de “a primera hora”, por ejemplo, no es a las diez de la mañana, sino más bien a las siete y media. Si quedas con un checo, te aconsejamos concretar la hora para no encontrar caras de enfado a la llegada. Además, suelen ser muy disciplinados con las tareas de organización y siempre tratan de terminar todo lo importante por la mañana, cueste lo que cueste.
5. Filosofar con una cerveza
Otra de las tareas favoritas de los checos es filosofar con una cerveza delante. Un encuentro fortuito en una taberna puede acabar con una charla interminable donde se solucione la política nacional, la internacional, o te cuente con todo lujo de detalles sus hobbies. Para integrarse en la cultura cervecera checa hay que estar dispuestos a pasar horas bebiendo y charlando. Si un checo te dice, “quédate a tomar una cerveza” (Zajdeme na jedno), no olvides que nunca será solo una, y que irán cayendo de dos en dos. Sin duda, arreglar el mundo con una cerveza es una tradición que comparten checos, españoles y latinos en general.
6. Un cuento y a la cama
No todos los hábitos son esperpénticos, también los hay muy dulces, como la costumbre de los niños checos de ir a la cama tras ver un cuento en la tele. Si nos lees desde España puede que recuerdes a la familia Telerín, a Casimiro o a Los Lunnis, que también señalaban el momento de ir a dormir. Justo después se emitía la programación de adultos. En Chequia, estas piezas comenzaron a emitirse en la televisión checa en 1965 en forma de cortos animados, antes del telediario de la noche. Primero eran un día a la semana, los domingos; y desde 1973 se emiten a diario. Su sintonía no sólo es la más antigua de la República Checa sino también de todo Europa.
7. No preguntes sólo por cortesía
Consigna para apuntar si vas de viaje a Chequia: si no te interesa “realmente” cómo se encuentra alguien, no preguntes. Si a un checo le dices “Jak se mate” (¿Cómo estás?), te dará todo tipo de explicaciones, sobre cómo se siente o qué problemas tiene... porque realmente cree que existe interés por tu parte. Así que si sólo lo haces por cortesía, es mejor que evites la cuestión.
8. Casita de campo o desván
En Chequia es muy habitual, si se vive en una ciudad, tener una casa de campo con huerto y jardín a la que acudir los fines de semana. Además de ser ideal para desconectar cuidando el jardín, plantando lechugas o haciendo bricolaje, también es el lugar perfecto para guardar todo aquello que no se utiliza en el día a día, ya sean enseres que da pena tirar o ropa pasada de moda. Lo curioso en esta ocasión es que es muy fácil identificar a quienes han llegado de la ciudad. ¿Te preguntas por qué? Muy sencillo, por su indumentaria anticuada, pequeña o desgastada. Tratan de aprovechar esa ropa que no pueden vestir en la ciudad para lucirla en lugares que consideran con un "dress code" menos exigente. Imagina las caras de los vecinos del pueblo, cuando les ven vestidos de esas guisas…
9. Sandalias con calcetines
¿Quién ha decidido que llevar pantalón corto, y sandalias con calcetines no es estético? Para los checos es un outfits de lo más práctico en verano. No sólo lo ven adecuado sino que consideran que es súper cómodo, ya que los pies no se resbalan con el sudor y van bien sujetos. Quizás en tu próximo viaje puedas animarte a probarlo… y nos cuentas.
10. Si bebes no conduzcas
Esta es una de las costumbres que más nos complace, y que nos encantaría que se extendiese a todo el mundo. Los checos, a pesar de lo que les gusta la cerveza, respetan las normas de conducción a rajatabla y si tienen que ir en bicicleta, coche o moto, NO beben alcohol (al menos la mayoría no lo hace).
Petr y Markéta nos cuentan en este divertido podcast las costumbres locales que caracterizan a los nativos de la República Checa. Suscríbete para no perderte ninguna curiosidad sobre el país.
Escúchalos aquí.