En Chequia encontrarás unos cuantos conjuntos palaciegos absolutamente extraordinarios. Ahí está Nové Hrady en Bohemia, las residencias de los Liechstenstein al sur de Moravia, en Valtice y Lednice, o el palacio que esconde el Castillo de Praga pero si sólo se pudiera elegir uno en concreto, ese sería, al menos para mí, el de Kroměříž.