Aunque varias ciudades checas suelen describirse como lugares de cuento, hay una que tal vez lo merezca más que ninguna otra y es, precisamente, Telč, cuyo centro histórico hace exactamente 30 años que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. No solo porque sus callecitas transmiten la sensación de estar dentro de un cuento de hadas sino porque, en efecto, esta joya de la región de Vysočina fue elegida como escenario de numerosas películas, desde la mágica 'Un día, un gato' de Vojtěch Jasný hasta innumerables pohádky, esos populares cuentos infantiles que, en Chequia, también disfrutan los adultos.
Telč es, sin lugar a dudas, una ciudad apta para todo público: estupenda para recorrerla en pareja y aprovechar su atmósfera romántica, aunque también ideal para los niños, que encontrarán lugares a su medida y espacios de recreación casi en cada sitio, incluso en la hermosa iglesia barroca del Nombre de Jesús. Además, es una ciudad que invita al deporte y a la aventura, gracias a sus refrescantes estanques en los que abundan las carpas y los botes a remo, sin descuidar para nada ese toque de magia y misterio que debe tener una visita para volverse extraordinaria. A continuación, algunas recomendaciones para sacarle el mayor jugo posible a esta delicia de ciudad.
Remo en el tranquilo estanque de Telč. © Juan Pablo Bertazza
Qué ver y hacer en Telč
1. Paseo en bote o pesca en el estanque
Lo primero que llama la atención de Telč es la gran cantidad de agua que rodea a la ciudad, a tal punto que algunos la llaman la Venecia checa. Estemos de acuerdo o no con el afán comparativo, esa característica se agradece sobre todo en verano. Y aunque sin góndolas ni barcarolas, la gran extensión del estanque permite pescar o disfrutar de paseos en botes a remo que, además de hacernos relajar al compás de la naturaleza, ofrecen unas magníficas vistas de la ciudad, muchas veces potenciadas por la entrañable melodía de un acordeón.
Plaza de Zacharias de Hradec. © Juan Pablo Bertazza
2. Plaza de Zacharias de Hradec
Amplia, alargada y muy colorida, la plaza principal de Telč exhibe tanta belleza como misterios: a simple vista destaca, por supuesto, la extensa hilera de fachadas de colores, la columna de la peste, la fuente con la estatua de Santa Margarita y la torre del Espíritu Santo, una construcción romántica que se remonta al siglo XIII y es la más antigua de la ciudad. La belleza de esta plaza es casi abrumadora, por eso recomendamos recorrerla de a poco, para ir descubriendo otros sitios encantadores y no tan evidentes.
Pasadizos llenos de sorpresas. © Juan Pablo Bertazza
3. Pasadizos subterráneos de Telč
Inaugurado hace relativamente poco, un portal no muy amplio en plena Universidad de Artes conduce a uno de los grandes secretos de esta ciudad: los pasadizos subterráneos que se remontan a comienzos del siglo XIV cuando se construyeron la mayoría de las casas de la plaza principal, cuyos sótanos están conectados por túneles y pasadizos. En su momento, esta verdadera ciudad subterránea se utilizaba para almacenar comida o como refugio ante cualquier situación de peligro. Y aunque alcanza los once kilómetros de extensión, actualmente solo pueden recorrerse doscientos metros. Sin embargo, resulta más que suficiente: no solo porque su baja temperatura ofrece un refugio del sol sino porque, a diferencia de otros recorridos subterráneos, el de Telč permite a los aventureros perderse en estos sinuosos pasillos de la ciudad que, como están a oscuras, requieren de una lámpara y, por momentos, agacharse y hasta gatear debido a la cercanía del techo.
En definitiva, aquellos que no sufran claustrofobia vivirán una verdadera expedición. Pero antes, podemos disfrutar de una película sobre la ciudad que se proyecta sobre los muros para ir entrando de a poco en clima. Y como si eso fuera poco, en pleno recorrido, los valientes podrán informarse sobre algunos filmes que se rodaron en la ciudad y hasta toparse alternativamente con el tesoro y el infierno de Telč, una sala muy perturbadora que reúne el trono del diablo, un caldero lleno de huesos, códices esotéricos, humo, luces rojas y una serie de carcajadas que hielan la sangre. (Ver galería fotográfica)
Cuentos de hadas en La Casa de Telč. © Juan Pablo Bertazza
4. La casa de Telč
Telč es, como decíamos antes, una ciudad
ideal para ir con niños y este sitio es la principal razón: una
juguetería con varias exposiciones agradables, didácticas e interactivas sobre los trajes típicos de la ciudad, juguetes antiguos y hasta la importancia del correo y el tren, a partir de una serie de hermosas maquetas ferroviarias que, por un rato, nos convierten en eximios maquinistas. Pero lo más atractivo de este lugar es también el
pasadizo subterráneo lleno de duendes, princesas, dragones y muchas otras figuras que remiten a leyendas y cuentos de hadas. Así como, en la actualidad, las películas para niños están dirigidas también a los adultos, este es el típico lugar que los padres desean visitar con la excusa de acompañar a sus hijos.
Palacio de Telč. © Juan Pablo Bertazza
5. Visita al Palacio de Telč
Al igual que sucede con la plaza que, si bien tiene algo muy típicamente checo, también ofrece un toque propio, el palacio de Telč es todo un emblema nacional que, sin embargo, cuenta con un plus: su estilo renacentista de origen italiano que puso un freno a la antigua fortaleza gótica y se aprecia, además, en sus señoriales salones, en su patio con arcadas, en su biblioteca y en la bellísima capilla de Todos los Santos que se construyó en 1580 y aloja la lápida de mármol donde descansan los restos de Zacharias de Hradec, antiguo gobernador de Moravia que mandó reconstruir las casas de la Plaza después del gran incendio de 1530, y su esposa Kateřina de Valdštejn.
Un bonito espacio ajardinado donde pasear. © Juan Pablo Bertazza
6. El parque palaciego
Casi tan importante como explorar el palacio es disfrutar también de un buen paseo por el hermoso jardín que data del siglo XVI y, además de ofrecer las mejores vistas del palacio, cuenta también con los más variados encantos: desde hacernos poner en práctica nuestro talento en el arco y flecha hasta gozar de la presencia de un invernadero clasicista levantado en el siglo XIX, en uno de los lugares más frescos y hermosos de esta ciudad fascinante.
Vistas desde la torre de la iglesia de Santiago. © Juan Pablo Bertazza
7. Torre de la iglesia de Santiago
Hacer el esfuerzo de subir los 60 metros de los empinados escalones de la escalera en caracol de esta torre tiene recompensas más que interesante: casi antes de llegar, podremos ver las campanas originales de Marie y Jakub, nada menos que de 1550 y 1602 respectivamente, y, luego, por supuesto, disfrutar de las mejores vistas de esta ciudad única.
La callecita Seminářská se asemeja al Callejón dorado de Praga. © Juan Pablo Bertazza
8. Paseo por la calle Seminářská
Aunque toda la ciudad merece ser recorrida detenidamente, incluyendo sus alrededores, donde puede verse, por ejemplo, un hermoso esgrafiado en el edificio de Sokol, hay una callecita que se destaca sobre las demás y es Seminářská, cuyos colores y leve serpenteo recuerdan un poco el espíritu del Callejón dorado del Castillo de Praga. Esta es la sutil y encantadora cereza del postre de uno de esos sitios a los que, aun antes de dejarlos, uno ya piensa en volver.
También te puede interesar: