CERVEZA CHECA: Todo lo que siempre quisiste saber y no tenías a quién preguntar

La cerveza checa es cosa seria, con una larga trayectoria, anécdotas curiosas, un gran sabor y muchas peculiaridades que resulta divertido descubrir. Te compartimos 21 datos que (quizá) no conocías y que te darán mucho tema de conversación (mientras bebes una cerveza bien fría) en tus reuniones sociales.

Por: Jess Garbarino

Publicado: Noviembre 19, 2019

1. Los checos consumen más cerveza per capita que cualquier otra nación del mundo, incluidos alemanes, irlandeses y belgas.

Cada checo bebe un promedio de 138 litros de cerveza por año, es decir, casi una botella de medio litro todos los días por cada hombre, mujer y niño del país. Aunque el consumo interno se estancó en los últimos años, sigue llevando la delantera (por mucho) en esta estadística.

2. En los monasterios checos se produce cerveza desde, al menos, el año 993 d.C.

Aunque se cree que en la región se elaboraba cerveza desde antes, el primer registro escrito sobre el proceso es de los monjes benedictinos del Monasterio de Břenov.

3. Durante el siglo XIII, se castigaba el robo de lúpulo con la muerte.

Ese fue el fallo del rey Václav II de Bohemia a fines del siglo XIII, algo que brinda una idea de lo importante que era el lúpulo (y aún lo es) para la economía local.

4. La cerveza es el orgullo nacional y una cuestión de estado.

La mayoría de los checos consideran que la cerveza no debe incluirse en la misma categoría alcohólica que el vino y las bebidas espirituosas, según su criterio se merece una calificación especial y es motivo de orgullo nacional. Incluso el expresidente Václav Havel comentó que los checos son más reservados porque los bebedores de cerveza tienden a ser más pasivos que quienes prefieren las bebidas fuertes. Por lo demás, en el libro El buen soldado Švejk, de Jaroslav Hašek, se señala que cualquier gobierno que aumente el precio de la cerveza seguramente colapsará… y considerando lo barata que es la cerveza en Chequia, ¡seguramente la mayoría de los políticos checos están de acuerdo!

5. En Praga, la cerveza es muy barata, en algunos casos, más que el agua embotellada o los refrescos.

Una botella de medio litro de cerveza se puede conseguir en un supermercado por entre 15 y 25 coronas checas. Mientras en una cervecería de Praga, el tarro de medio litro puede costar unas 50 coronas, en tanto en la misma carta es probable que pidan por un refresco de un cuarto de litro 50 coronas o por una botella de agua mineral de 250 mililitros 40 coronas. Para tener una idea, cada dólar americano equivale aproximadamente a 23 coronas.

6. Chequia tiene su propia Budweiser ¡desde 1785!

La cervecería más famosa de České Budějovice se llama Budweiser Budvar Brewery y produce la Bud original desde el siglo XVIII. El inmigrante alemán Adolphus Busch se mudó a Estados Unidos, instaló una cervecería y llamó a su cerveza insignia Budweiser. Con el paso del tiempo y la ampliación de los mercados internacionales, la cervecería checa Budvar y la norteamericana Anheuser-Busch mantuvieron largas disputas legales por el uso de la marca.

7. ¿Alojamiento cervecero? Es posible dormir en una cervecería checa.

Ciudades como Stříbro y Pilsen ofrecen alojamiento en cervecerías que se han convertido en hoteles. Por ejemplo, está el hotel cervecero Purkmistr de Pilsen, donde incluso es posible bañarse en tinas de cerveza. O también el hotel U Rybiček de Stříbro.

8. La cerveza checa mide los grados de fermentación en lugar de los volúmenes de alcohol.

La cerveza checa se clasifica de acuerdo con la escala Balling, que representa el “peso” de los líquidos. Un mayor grado significa más azúcar, lo que resulta en un mayor contenido de alcohol y un sabor más fuerte (menos amargo). Si bien la mayoría de las cervezas checas tienen entre 10 y 12 grados (aproximadamente 4-5 por ciento de contenido de alcohol), también hay algunas especiales que pueden tener 20 grados o más. En el pasado, se producía una cerveza de ocho grados con bajo contenido de alcohol para los trabajadores del vidrio que necesitaban refrescos mientras trabajaban en las sofocantes fábricas.

9. Los bares tradicionales sirven solo una marca de cerveza de barril.

Dado que algunos bares tradicionales tienen solo un tipo de cerveza de barril, los meseros a menudo sirven rondas sin preguntar cuál cerveza se prefiere. Sin embargo, también existen bares tradicionales que ofrecen un poco de variedad, como una cerveza de 10 grados (ligera, baja en alcohol), una de 12 grados (con un poco más de graduación alcohólica) y una cerveza oscura de barril de mayor densidad.

10. Tranvías y una noche de cerveza.

En Praga es posible sentarse en los antiguos bancos de un tranvía mientras se bebe una cerveza artesanal en el Prvni Pivni Tramway o First Beer Tram, un bar temático ubicado fuera del circuito turístico más habitual. Para encontrarlo hay que tomar el tranvía 11 hasta Sporilov, que es la última estación. En tanto, en la ciudad de Brno, desde primavera hasta otoño, circula un tranvía convertido en un bar cervecero, llamado Šalina Pub.

11. La cerveza estilo pilsen o pilsner fue creada en la ciudad checa de Pilsen.

Pilsner Urquell comenzó a producir en 1842 la cerveza estilo pilsner, que se hizo tan popular que la mayoría de las cervecerías checas no produjeron otra cosa hasta hace muy poco. Incluso, este tipo de cerveza lager rubia ha traspasado las fronteras y se ha hecho famosa en todo el mundo.

12. El comunismo casi llegó a paralizar la industria cervecera checa.

Durante muchos siglos, casi todas las ciudades y pueblos checos tenían su propia cervecería local. Algunos historiadores señalan que había unas mil cervecerías en todo el país a principios del siglo XX, pero la industria cervecera se nacionalizó después de la caída del Telón de Acero y surgieron cervecerías más grandes que producían cerveza en masa, mientras que la mayoría de las más pequeñas cerraron debido a la falta de fondos para mantenerse en funcionamiento. Afortunadamente, el número de microcervecerías ha aumentado constantemente en los últimos años, aunque todavía hay menos hoy que hace un siglo.

13. Los bebedores de cerveza checos de la vieja escuela a veces prefieren más espuma que cerveza.

En muchos bares es posible ver unas tablas donde se indica cómo se llaman los distintos estilos de tirar la cerveza, según la proporción de espuma que se desea. Esto ocurre porque hay quienes prefieren beber más espuma. En el pasado, esta era una forma común de determinar la calidad de la cerveza, al probar por separado el sabor dulce de la espuma y el amargo de la cerveza. 

14. Córrele que cierra.

Muchos de los bares de cerveza más famosos de Praga, como U Zlatého Tygra, U Fleků y U Hrocha, se llenan rápidamente al final de la tarde y cierran a las 23 o a medianoche. Esto se debe a que las cervecerías se consideran lugares para socializar con amigos o colegas, no para divertirse toda la noche. Por otra parte, los checos prefieren tomar cerveza en los bares y no en sus casas.

15. Maridaje.

La cerveza combina muy bien con la cocina checa. Para los checos resulta inimaginable que su comida (cerdo asado, repollo y las famosas albóndigas checas) se acompañe de cualquier bebida que no sea cerveza.

16. Latas, sólo para turistas extranjeros.

La cerveza generalmente está disponible en botellas en lugar de latas. Las botellas de cerveza tienen una tradición demasiado larga en el país como para que los checos vayan a reemplazarlas fácilmente. Aunque existen cervezas checas enlatadas, son principalmente para el consumo de turistas extranjeros.

17. Nacionalismo cervecero.

La reputación checa de tener las gargantas más sedientas del mundo atrajo al país a muchas cervecerías extranjeras después de 1989, pero no han tenido mucho éxito en el mercado checo. Los precios de las cervezas extranjeras son demasiado altos para el checo promedio, que no ve ninguna razón para gastar más en cerveza extranjera que no es mejor que la nacional. Además, el bebedor de cerveza checo es ferozmente leal al producto nacional. Las cerveceras extranjeras han tenido más éxito al ingresar al mercado checo a través de la adquisición de cervecerías locales.

18. El valor nutricional de la cerveza.

Una de las mejores leyendas urbanas dice que beber cerveza te hace vivir más tiempo, porque reduce el aluminio en el cuerpo y lo salva de los efectos del envejecimiento y el Alzheimer. Pero si se tiene en cuenta que la esperanza de vida en Chequia se encuentra entre las más bajas de Europa, es posible quitarle algo de crédito a la información. Sin embargo, la cerveza contiene vitaminas del complejo B naturales, por lo que tiene cierto valor nutricional (tal vez por eso también se conoce en checo como "pan líquido").

19. Consejos de expertos.

La mejor temperatura para beber cerveza es entre 7 y 10 grados centígrados. Cuando se va a comprar una cerveza embotellada, hay que sostenerla frente a la luz y verificar que sea transparente, que no esté enlodada.

20. La cerveza checa batió un récord de exportaciones en 2018.

Chequia exportó 5,16 millones de hectolitros de cerveza en 2018, según la Asociación Checa de Cerveza y Malta, que publica anualmente cifras sobre la producción de las cervecerías locales y el consumo interno. Esto representó un aumento del 12 por ciento en comparación con el año anterior y la primera vez que el país supera la barrera de los cinco millones de hectolitros.

21. La etiqueta del brindis.

Al chocar los tarros hay que decir na zdraví, que significa "a tu salud", asegurarse de hacer contacto visual con cada persona (de lo contrario, se rumorea que pueden tocarte siete años de mal sexo) y, si el brindis incluye a un grupo grande, hay que evitar cruzar los brazos con alguien más en la mesa.

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