De Frankfurt a Praga

La ubicación central de la ciudad de Frankfurt y sus muchas opciones de transporte la convierten en el punto de partida de buena parte de los viajes por Europa. ¿Qué tal hacer el trayecto hacia Praga, vía Núremberg, visitando el Triángulo de los Balnearios checos y algunos otros rincones encantadores?

Por: Colaborador invitado

Publicado: Octubre 04, 2022

El aeropuerto de Frankfurt es el más grande de Alemania y un gran nudo de comunicación ubicado en el centro del continente, donde aterrizan vuelos de todas partes del mundo. Así, es habitual que muchos recorridos por Europa comiencen justo allí. Si ese es tu caso, luego de probar las célebres salchichas frankfurters y el apfelwein, puedes poner rumbo hacia Praga, con unas cuantas paradas en el camino que te dejarán tan maravillado como libre de estrés. Prepárate para conocer Cheb, Františkovy Lázně, Loket, Karlovy Vary, Mariánské Lázně y Teplá.

 

Distancia de Frankfurt a Praga: 511 kilómetros

Tren Frankfurt–Praga: 7 horas

Tren Núremberg–Praga: 4:38 horas

 

Cheb

La ciudad medieval, ubicada a escasos kilómetros de la frontera con Alemania, a orillas del río Ohře, tiene un bello y antiguo centro histórico, con algunas construcciones que datan del siglo XIII. Allí se puede conocer la historia del poderoso comerciante y militar Albrecht von Wallenstein, que fue asesinado por encargo del rey en una casa de Cheb. Además, habrá que visitar el castillo que, a pesar de estar en ruinas, permite recorrer la Torre Negra y la capilla. 

 

Františkovy Lázně

Uno de los tres vértices del famoso Triángulo de los Balnearios checo lo ocupa esta pequeña y tranquila ciudad donde el viajero siente transportarse a la Belle Époque. Al igual que sus hermanas Karlovy Vary y Mariánské Lázně, cuenta con fuentes termales de aguas minerales para beber, protegidas por bellas kolonadas y rodeadas de jardines. La peculiaridad de Františkovy Lázně es su especialidad en el tratamiento de la infertilidad femenina. Según dicen, los procedimientos que implican beber aguas minerales se complementan con una práctica de azarosa efectividad: hay que buscar la estatua de Francisquito y tocar sus genitales para lograr el deseado embarazo.

 

Loket

El nombre de esta ciudad se traduce como “codo” y el raro apelativo se explica por el gran meandro que hace el río Ohře a su alrededor. El abrazo del río en torno al centro histórico, donde sobresale un portentoso castillo, resulta totalmente escenográfico. Por supuesto, allí hay que visitar el castillo y luego refrescarse en la cervecería de San Florián, donde conservan la colección más grande de tacitas de Karlovy Vary.

 

Karlovy Vary

El vértice más importante del Triángulo de los Balnearios checo lo ocupa la ciudad de Karlovy Vary, que además es conocida por su Festival Internacional de Cine. Un buen punto de partida para recorrer sus atractivos puede ser el Grandhotel Pupp, a orillas del río Teplá, lleno del glamour que caracteriza a la ciudad y escenario de algunas películas famosas, como por ejemplo James Bond: Casino Royale. Luego habrá que subir en el funicular para conseguir algunas vistas espectaculares desde la Torre Diana. Y, por supuesto, conseguir alguna de las típicas tacitas de porcelana de Karlovy Vary, para dedicarse a recorrer lentamente las doce fuentes públicas de aguas termales minerales, resguardadas bajo magníficas kolonadas, descubriendo sorbo a sorbo las diferencias entre unas y otras.

 

Mariánské Lázně

La experiencia que vive el viajero en esta encantadora ciudad-balneario, el tercer vértice del Triángulo de los Balnearios checo, se explica con la historia de su origen. El médico alemán Josef Nehr y el abad Karl Reichenberger tenían claro el potencial de aquel lugar con manantiales al que acudían los enfermos para recuperar la salud perdida. Por lo tanto, le encargaron al paisajista Wenzel Skalník que diseñara unos jardines que hicieran más acogedor aquel lugar. Desde entonces, los parques son el alma de Mariánské Lázně y en torno a ellos giran todos sus atractivos. Pasear sin prisa por los parques, beber las aguas termales bajo las columnatas, comer obleas y descansar es el plan perfecto siempre en Mariánské Lázně.

 

Teplá

La última escapada en este viaje con escalas entre Frankfurt, Núremberg y Praga conviene hacerla al Monasterio de Teplá y dedicar un par de horas a recorrer la iglesia de estilo románico-gótico y, en especial, la fantástica biblioteca, que conserva varios incunables.

 

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