De Múnich a Praga
Atención, amantes de la cerveza. Quienes estén planeando un viaje a Múnich para probar las espumosas especialidades alemanas, deben saber que el recorrido puede enriquecerse si a continuación ponen rumbo a Praga, haciendo alguna interesante y deliciosa parada en el camino.
Por: Jess Garbarino
Publicado: Enero 17, 2023
Múnich es una de las ciudades alemanas con más tradición cervecera y con una gran personalidad. Muchos viajeros aficionados a la cerveza suelen incluirla en sus recorridos. Pero si de cerveza y lugares con encanto se trata, sin lugar a duda la ruta debe continuar en dirección a Chequia, con una ineludible parada en la ciudad de Pilsen, cuyo nombre lo dice todo, pues es el lugar donde se creó ese popular estilo de cerveza. La puede continuar con otra escala para visitar el castillo de Karlštejn y de paso hacer una breve escapada a una microcervecería cercana, antes de llegar a Praga, donde las oportunidades para degustar las mejores cervezas de todo el país son múltiples y deliciosas.
Distancia de Múnich a Praga: 381 kilómetros
Tren Múnich–Praga, 5:37 horas
Pilsen
Cuando una ciudad tiene nombre de cerveza, está claro cuál será el objetivo de la visita y Pilsen no defrauda a quienes llegan buscando la fuente original de la famosa cerveza estilo Pilsner. El recorrido por la fábrica de la internacionalmente famosa Pilsner Urquell es una cita impostergable allí. También resulta muy interesante descubrir la historia de la producción local en el Museo de la Cerveza y en los Subterráneos Históricos. Sin embargo, allí no acaban las opciones, pues hay mucho más para ver en esta ciudad de vocación industrial y encantos insospechados. Además de pasar un rato agradable en la Plaza de la República, se pueden visitar algunos de los departamentos que diseñó el famoso arquitecto Adolf Loos o divertirse en el Museo de las Marionetas.
Más información: Guía básica ¿Qué ver en Pilsen?
Cerveza Pilsner Urquell 100 minutos en la cuna de la cerveza estilo Pilsen
Castillo de Karlštejn
Uno de los castillos más fotogénicos de Chequia queda de camino entre Pilsen y Praga. Por lo tanto, es buena idea hacer un alto en Karlštejn y animarse a trepar la cuesta que lleva hacia la bella fortificación que mandó construir el emperador Carlos IV. La imponente fortaleza fue utilizada durante muchos años para custodiar los tesoros reales y se alza sobre una colina rodeada de bosques, donde se accede atravesando un pueblo muy pintoresco. Una vez arriba es posible hacer una visita guiada por los interiores del castillo.
Más tarde, para no desviarse del motivo cervecero, es importante considerar recorrer los 12 kilómetros que separan al Castillo de Karlštejn de Vseradice, un pequeño pueblo donde se puede disfrutar de un rico almuerzo y saborear la cerveza que se produce en su microcervecería.
Más información: Castillos checos sueños hechos realidad
Próxima parada: Praga
(No te pierdas la visita guiada a la planta de fabricación de la Staropramen y recorre algunas de las cervecerías más tradicionales de la ciudad).
Más información: Guía básica ¿Qué ver en Praga?