Verde que te quiero verde, conoce los mejores parques de Praga
Además de ser una de las ciudades más bellas del mundo, la capital checa cuenta con una gran cantidad de parques y reservas naturales que, no solo ofrecen estupendas vistas y un verdadero refugio contra el estrés urbano, sino que además permiten realizar múltiples actividades: desde patinar hasta hacer senderismo en sitios paradisíacos, además de contar con áreas para refrescarse en verano y un sector reservado para cocinar carne al fuego.
Por Juan Pablo Bertazza
Por: Colaborador invitado
Publicado: Junio 04, 2021
Uno de los aspectos que más llaman la atención a quienes se animan a ir un poco más allá de los lugares más típicos de Praga, es que se trata de una ciudad con inmensos espacios verdes. Curiosamente, el hecho de estar incrustada en el corazón de Europa hace que muchos visitantes no se imaginen que, además de contar con estupendas vistas y una riquísima mezcla de estilos arquitectónicos, la capital checa está repleta de paraísos naturales grandes, medianos y pequeños que aparecen, incluso, en los rincones más inesperados de la ciudad, condensando los rasgos más fuertes de la sociedad checa: el amor por la naturaleza y el aire libre, y su gran afición al deporte. Aunque, por supuesto, hay muchísimos más les proponemos este relajante recorrido por algunos de esos espacios verdes que, en tiempos de pandemia, significaron para los habitantes de la capital checa algo así como un as en la manga.
Parque de Stromovka. © Filip Diner/ Shutterstock
Recorre los mejores parques de Praga
1. Parque de Stromovka
Con un origen aristócrata, ya que fue fundado por el rey Otakar II en el siglo XIII como coto de caza, Stromovka es el gran pulmón de Praga 7 y uno de los parques más hermosos y mejor cuidados de la capital checa. Bordeado por el Moldava y el barrio de Troja, este enorme parque de estilo inglés ofrece los espacios más diversos: el planetario, palacetes de verano, un edificio de reconstrucción de estatuas, estanques, juegos infantiles, una serie de locales gastronómicos, zonas para andar a caballo y hasta algunas áreas especiales con parrillas para cocinar carne a las brasas, un hábito checo que, en general, se acopla muy bien al gusto latinoamericano. Pasear por Stromovka es una aventura en sí misma porque en el antiguo coto de caza de Rodolfo II puede ocurrir de todo, incluso cruzarse con acróbatas haciendo equilibrio en cuerdas planas que sostienen los árboles.
Parque de Vojanovy sady. © Prague City Tourism
2. Parque de Vojanovy Sady
A pasos de Malá Strana, una de las zonas más céntricas de la ciudad, y cerca del Puente de Carlos, detrás de un gran portón de madera que tiene algo de portal secreto, se esconde un jardín que solo podría estar en una ciudad tan laberíntica y fascinante como Praga. Se trata, en realidad, del parque más antiguo de la capital checa: su origen se remonta a 1248, año en que fue creado como una gran huerta. Aunque es uno de esos lugares que hay que visitar al menos una vez para entenderlos en toda su dimensión, quizás baste con decir que, a lo largo de esta especie de burbuja en medio de la ciudad, hay panales de abejas, una pequeña capilla construida en el siglo XVII en forma de estalactita, un sector de juegos infantiles, baños y, sobre todo, una gran cantidad de pavos reales que lo recorren de punta a punta como si estuvieran en una pasarela, y cuya majestuosidad profundiza la impresión de estar en un rincón privilegiado del mundo.
Parque de Letná. © Igorzacharov/ Prague City Tourism
3. Parque de Letná
Por su ubicación privilegiada y amplio abanico de actividades, Letná es quizás el parque más famoso de Praga, lo cual es mucho decir teniendo en cuenta las características de la ciudad. Su enorme superficie alberga al famoso metrónomo que vino a reemplazar la infausta figura de Stalin, y suele ser un punto de encuentro entre gente de casi todas las edades, ya sea para tomar algo, practicar deportes colectivos o patinar sobre hielo en los largos meses invernales. En todo caso, nadie debería irse de Praga sin visitar su famosa cervecería al aire libre o el restaurante del pabellón Hanavský que ofrece, quizás, la mejor vista de la ciudad con un primerísimo primer plano de sus bellísimos y emblemáticos puentes.
Reserva de Prokopské údoli. © Shutterstock
4. Reserva Natural de Prokopské údolí
La naturaleza de Praga no se limita a parques, plazas y jardines, sino que también incluye algunas reservas naturales que realmente nos hacen experimentar la hermosa sensación de perdernos en la naturaleza, aun cuando nos encontremos en plena ciudad. Ubicado en el suroeste de Praga, este inmenso valle es, en ese sentido, uno de los lugares más sorprendentes de la capital checa: un exuberante monumento natural de gran riqueza geológica que sobrepasa las cien hectáreas, ofrece un verdadero mosaico de vegetación exótica, vistas panorámica de casi toda la ciudad y, además, es uno de los pocos lugares dentro de Praga que cuenta con las famosas señalizaciones del club de andinistas checos para disfrutar de inolvidables caminatas.
Reserva Natural Divoká Sárka. © Shutterstock
5. Reserva Natural Divoká Šárka
Junto a Prokopské údolí, Divoká Šárka, tal como lo indica su nombre, es uno de los lugares más salvajes de Praga y, sin lugar a dudas, su más grande reserva natural con más de sesenta especies de pájaros, entre ellos el famoso carpintero negro, gran variedad de peces y hasta un área de cerezos. Ubicado en el noroeste de la capital checa, se trata de un conjunto de acantilados, hermosos bosques, murallas rocosas y mágicos pasadizos naturales cuyo nombre proviene de una guerrera que, según cuenta la leyenda, se arrojó desde uno de los acantilados por haber traicionado a su amante. Además de ofrecer un paisaje realmente motivador para practicar vóley y deportes de raqueta, realizar largas caminatas y circuitos en bici, esta impresionante reserva natural ubicada en Praga 6 ayuda a combatir las altas temperaturas de los meses de verano, invitando a refrescarse en el estanque Džbán como así también en sus dos piscinas públicas, que reciben agua fresca de primera mano, gracias al arroyo de manantial.
Parque de Ladronka. © Prague City Tourism
6. Parque de Ladronka
Si los parques fueran películas, el de Ladronka sería apto para todo público: un sitio ideal para cada integrante de la familia. Pero curiosamente se trata de una verdadera joya praguense que los turistas suelen ignorar y que, incluso, algunos checos desconocen. Compuesto de una pista de asfalto de más de cuatro kilómetros, es el sitio preferido de quienes andan en rollers pero, por supuesto, también suelen disfrutarlo corredores, skaters y amantes de las bicis. Además de esa pista multifuncional, Ladronka tiene varios sectores para acampar y hacer parrilladas, jugar al vóley de playa y quienes prefieran lugares más silenciosos también pueden disfrutar de un pequeño bosque que permite entrar en contacto más estrecho con la naturaleza.
Atardecer en Riegrovy sady. © Juan Pablo Bertazza
7. Parque de Riegrovy Sady
Ubicado en en Vinohrady, uno de los barrios más hermosos y codiciados de Praga, este parque de más de cien años de antigüedad y alrededor de once hectáreas alterna rincones muy románticos con áreas boscosas y algunas construcciones notables como un obelisco de piedra arenisca. Al igual que sucede en Letná, Riegrovy Sady cuenta también con una cervecería al aire libre y hay quienes aseguran que, en este sofisticado parque, gracias a su pronunciada pendiente que da de frente al castillo pueden verse los mejores atardeceres de Praga.
Parque Forestal Ďáblický háj. © Juan Pablo Bertazza
8. Parque forestal de Ďáblický háj
La magia de Praga hace posible que podamos encontrar un parque forestal ajardinado en el corazón de Ďáblice, una de las urbanizaciones más originales e interesantes del siglo XX. La arboleda del diablo es una especie de universo dentro de Praga: incluye el segundo cementerio más grande de la ciudad, el único del mundo que cuenta con diseño cubista, un observatorio que, para variar, ofrece vistas maravillosas y, los días de buen clima, permite distinguir buena parte de la región de Bohemia y sus principales montañas fronterizas. Además de contar con gran riqueza botánica, la zona incluye también varios circuitos para caminatas, ciclismo y esquí de fondo. Como si fuera poco, en medio del parque, la colina de Ládví, que alcanza una altitud de 359 metros sobre el nivel del mar, condensa varias leyendas y misterios que parecen impregnar su magia en todo el parque. Pero quizás lo más interesante de todo es que Ďáblice absorbió un lugar de importancia histórica: el campo de tiro de Kobylisy donde los nazis ejecutaron en 1942 a más de 500 personas como represalia a la Operación Antropoide contra Reinhard Heydrich.
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